El hombre que le prestó el arma a Alberto Nisman el pasado sábado a las 20, Diego Lagomarsino, sigue siendo investigado por la fiscal Viviana Fein y está siendo custodiado por la Policía Federal.
Su testimonio es clave porque el rol que asumió en la muerte de Nisman resultó determinante.
Según se conoció, Lagomarsino ocupa una posición al menos “extraña”. No es personal de la Fiscalía sino que es proveedor y con un contrato de servicios inusualmente alto: $40 mil por mes.
Es técnico en electrónica y en informática y, según parece, era una persona de absoluta confianza de Nisman, con quien se lo veía a veces en la oficina y, en otras ocasiones, en la casa.
La gran duda es si Lagomarsino provenía de la Secretaría de Inteligencia, si en algún momento trabajó bajo la órbita de Antonio “Jaime” Stiuso -o de otro agente- o si realizaba trabajos de análisis electrónicos e informáticos exclusivamente para Nisman vinculados con el caso AMIA. Según los datos que ya están en el expediente, el técnico ingresó a la Fiscalía en 2007 y durante estos siete años facturó como monotributista.
La razón básica por la que se investiga a Lagomarsino es porque fue la última persona que vio con vida a Nisman y, además, quien entregó el arma que produjo la muerte del fiscal. Su paso por Le Parc, a las 20 del sábado, está registrado en la seguridad.
Arma prestada
Según el técnico, Nisman le pidió prestada la Bersa “por razones de seguridad”. La versión a prima facie parece extraña, teniendo en cuenta que Nisman tenía dos armas inscriptas en el Renar; tenía una enorme custodia y la semana anterior había rechazado tener más efectivos. Tras su declaración el lunes, el técnico pidió protección. Trascendió que fue alojado especialmente en un hotel.
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