ESCUCHARLo hizo al declarar ante el Tribunal Oral Federal Nº 1 de Córdoba. Mencionó tres lugares y dio el nombre de 25 víctimas. Se hizo una inspección en el predio del Tercer Cuerpo de Ejército, aunque sin éxito. Suscribieron los dichos otros tres represores.
Todos pensaban que iba a ser una audiencia más de las tantas que se vienen realizando en el marco del juicio oral por crímenes de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino de detención La Perla. Sin embargo, el represor Ernesto “Nabo” Barreiro sorprendió a todos cuando pidió declarar.
Durante prácticamente dos horas, el exjefe de interrogatorios del centro clandestino de detención cordobés dio una lista de 25 víctimas y brindó precisiones sobre el lugar donde estarían enterrados los cuerpos.
El “Nabo” Barreiro habló a solas con los jueces. El presidente del TOF 1, Jaime Díaz Gavier, accedió a desalojar la sala y comenzó a escuchar su relato.
Aparentemente, Barreiro decidió romper el conocido “pacto de silencio” por el que los militares se han negado sistemáticamente a brindar detalles sobre los enterramientos. Lo hizo tras una larga introducción en la que aseguró estar “conmovido por el dolor de la gente”, aunque no arrepentido por lo que ocurrió.
Tras dar el detalle de las personas, intentó garantizar la impunidad de su declaración, señalando que “llego a esas conclusiones tras un profundo estudio de los expedientes”, según reseñó una de las presentes, la querellante Lyllan Luque.
Según pudo conocer este medio, la mayoría de las víctimas mencionadas habría muerto en el marco del “Operativo Moncholos” entre el 7 y 8 de enero de 1976. Aunque no todas.
Llamó la atención que al concluir su declaración, Barreiro se levantó y se dio un sentido abrazó con el exjefe del Tercer Cuerpo de Ejército, Luciano Benjamín Menéndez.
Recorrida sin éxito
Rápidamente, los dichos de Barreiro -a los que suscribieron los represores Hugo Herrera, Luis Manzanelli y Raúl Romero- motivaron el traslado del Tribunal al predio del Tercer Cuerpo.
Barreiro señaló que habría unas 20 víctimas en el primer horno descubierto en el predio militar; otras cuatro en el horno de la estancia La Ochoa del mismo sector; y una quinta víctima en un tercer horno en Villa Ciudad de América, junto al lago Los Molinos.
A la inspección ocular concurrieron los cuatros represores, todas las partes del proceso (jueces, fiscales, defensores, querellantes) y el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). No hubo resultado positivo.
“Encontrar el lugar señalado por los militares se hizo muy difícil, hay que tener en cuenta que es todo monte, es como encontrar una aguja en un pajar”, dijo a Comercio y Justicia Díaz Gavier al concluir el trabajo de campo.
“Estaban desorientados”, agregó, aunque remarcó que el EAAF seguirá trabajando en el lugar.
Para Díaz Gavier, el relato de los represores es creíble. “De nada les sirve mentir, al contrario: si dicen la verdad hasta pueden verse beneficiados con una reducción de penas”, remarcó el magistrado.
La audiencia del megajuicio continuará la semana próxima en lo que serán las últimas dos del debate oral.
Peso pesado
Ernesto Barreiro fue identificado en numerosas ocasiones como uno de los principales integrantes de “la patota” del III Cuerpo conducida por el genocida Luciano Benjamín Menéndez. Se encuentra imputado por 518 delitos: 228 privaciones ilegítimas de la libertad agravadas, 211 imposiciones de tormentos agravadas, 65 homicidios calificados, 13 imposiciones de tormentos seguidos de muerte y la sustracción de un menor de 10 años.
(Ver también Desapariciones: entre la expectativa y la resignación)
