En Inglaterra, los productores de carne procesada están contratando a presos como jornaleros para cubrir la crisis de mano de obra que se desató a raíz del brexit y la pandemia del coronavirus.
La Asociación de Suministradores Independientes de Carne (AIMS, en sus siglas en inglés), que representa a carnicerías, mataderos y procesadores, contactó al Ministerio de Justicia británico para solicitar una ampliación del número de reclusos que ya tienen permiso especiales de salida para realizar tareas remuneradas.
El servicio penitenciario inglés ya facilita la contratación de presos que, por las condiciones de cumplimiento de la pena que reúnen, tienen la oportunidad de trabajar una jornada por semana, con la paga correspondiente. Pero el mecanismo está desbordado y el cupo de reclusos con permiso de salida para ocupar un puesto de trabajo no cubre las necesidades del sector.
La industria sufre el combinado de bajas del mercado laboral fruto de la pandemia y el bloqueo a la contratación de nacionales comunitarios no residentes en el Reino Unido desde la salida definitiva de la Unión Europea, en enero pasado.
La falta de personal afecta el transporte por rutas, los supermercados y la hotelería, entre otros sectores relacionados con la industria alimentaria, y generó una cadena de desabastecimiento que obstaculiza el despegue de la economía, pese a la liberación de las restricciones.
La Asociación Británica de la Industria Cárnica (ABIC) ya anticipó problemas en la producción y el suministro de menús típicos de época navideña, que requieren de una mayor elaboración.
De acuerdo con la asociación, sus miembros afrontan una extraordinaria falta de personal, que ya supera 15%.
Ante ese panorama, tanto la AIMS como la ABIC recurrieron también a los grupos que ayudan a los reclusos a encontrar trabajo cuando salen de la cárcel.