La mujer aceptó que mató a su esposo asestándole una puñalada en el cuello, pero dijo que lo hizo para defenderse, porque aquél intentó atacarla sexualmente. Sin embargo, los peritos determinaron que la escena del crimen fue alterada y limpiada
En Mendoza, ante el Tribunal Penal Colegiado 3, que dirige el juicio por jurados en contra de Claudia Jaquelina Cortez por el crimen de su esposo, Carlos Pelayes, el fiscal Fernando Guzzo pidió que se atenúe la pena; ello así, al considerar que se probó que la encausada sufría violencia de género.
El hecho ocurrió durante la madrugada del 6 de junio de 2018, en Godoy Cruz. A las 6, uno de los hijos de la pareja llamó a la policía para avisar que su padre había fallecido tras descompensarse.
Sin embargo, se constató que Pelayes murió como consecuencia de la herida de arma blanca que tenía en el cuello y los investigadores sospecharon que Cortez estaba involucrada.
La mujer sostuvo que la víctima llegó a la casa que compartían cerca de las 2, que se descompuso y cayó fulminada en la habitación.
Luego se contradijo e indicó que estaba lesionado cuando entró al domicilio.
Sin embargo, los peritos no encontraron evidencias de rastros de sangre en el auto de Pelayes. Tampoco hallaron manchas hemáticas en la puerta de ingreso del inmueble, razón por la cual descartaron que hubiera arribado lesionado.
Ante ese panorama, el instructor Gustavo Pirrello entendió que Cortez mató a Pelayes luego de una discusión, ya que según admitieron los testigos la pareja se tornaba violenta cuando consumía drogas o alcohol.
El agente la imputó por homicidio agravado por el vínculo y llegó al debate acusada por ese delito y bajo arresto domiciliario, por razones de salud.
Ahora, el acusador expuso que la mujer cometió el crimen bajo una circunstancia extraordinaria y recordó que sus hermanos declararon durante el debate que siempre fue maltratada por su marido.
Por su parte, la defensa plantea que Cortez apuñaló a Pelayes para defenderse de una agresión.
Pericias
El martes, Gimena Palacios, de la Policía Científica mendocina, ratificó que la escena del hecho fue modificada y limpiada.
Palacios estuvo a cargo de las pericias y su testimonio comprometió a la mujer, ya que precisó que el cadáver no tenía lesiones defensivas y que la habitación del matrimonio -el único lugar en donde se encontró sangre- no presentaba el desorden típico de una pelea.
Un día antes, al iniciarse el juicio oral, la encartada aceptó que hirió a la víctima, pero explicó que lo hizo en medio de un forcejeo, porque intentó someterla sexualmente.