Un fiscal pidió hoy que sean condenados a prisión perpetua dos hombres que son juzgados por el crimen de un policía Federal y de un barrendero en un asalto a un colectivo cometido en octubre de 2020 durante la pandemia de Coronavirus, en el barrio porteño de Barracas, al alegar ante el tribunal que lleva adelante el debate.
En su alegato, el fiscal del juicio Oscar Ciruzzi solicitó al Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 7 porteño que condene a Diego Gastón Guida (41) y Cristian Ramón Vivas (43) a prisión perpetua por considerarlos coautores del delito de “doble homicidio agravado por haber sido cometido con un arma de fuego y criminis causae (matar para lograr la impunidad) y por haber sido perpetrado contra un oficial de la ley” en un caso.
Las víctimas del hecho fueron el policía Esteban Nicolás Lagos y el barrendero Juan Roberto Bonifacio, quienes iban a bordo del colectivo cuando se produjo el asalto.
Pasadas las 10 y ante los jueces Gustavo Alterini, Gabriel Vega y Gustavo Rofrano, Ciruzzi inició su alegato asegurando que no tiene “ninguna duda respecto de que Guida y Vivas ascendieron el lunes 19 de octubre de 2020, a las 23.40, al interno 4845 de la línea 100, ramal 1, que circulaba por la calle Vieytes, entre Quinquela Martín y Suárez” y agregó que lo hicieron “con el designio de realizar un robo hacia los pasajeros”.
“Ambos sabían que Guida iba armado y deben responder por todo lo que pasó con esa arma de fuego”, expresó el fiscal.
A su vez, explicó las pruebas que fundamentan su alegato, entre ellas la declaración de un pasajero que fue tomado como “escudo humano” y que reconoció a Guida como quien lo agarró a la fuerza e inmediatamente después empezó a disparar contra el policía que estaba sentado en un asiento ubicado en la mitad del colectivo y le dio la voz de alto.
También mencionó a otros testigos que viajaban en la unidad y reconocieron a Guida como el que efectuó los disparos.
Otra de las pruebas a las que aludió el fiscal son las surgidas del análisis y revisión de las cámaras de seguridad privadas y públicas ubicadas en la parada donde los imputados abordaron al colectivo y las que los toman al bajar del transporte para huir.
Ciruzzi expuso lo que a su criterio fueron las mentiras dichas por Vivas durante su declaración indagatoria, entre ellas que no conocía a Guida, lo que fue desmentido por un testigo de identidad reservada.
Sobre la pistola reglamentaria 9 milímetros robada al oficial Lagos durante el hecho, el representante del Ministerio Público dijo que “es un objeto preciado por la gente del hampa cuando va a robar”, tal como manifestaron los abogados de las familias de las víctimas, Valeria Corbacho y Fernando Lirman, quienes en su alegato consideraron que Vivas se apropió de ella “para asegurarse su impunidad y también la de Guida”.
Para el fiscal, está probado que tras matar al policía y al barrendero, Guida descendió por la puerta de adelante del colectivo y Vivas por la del medio, luego de robar la 9 milímetros del policía Lagos, quien a se encontraba en el piso luego de recibir cuatro impactos de bala.
Tras escuchar el pedido de prisión perpetua para los acusados, el TOC 7 decidió pasar a un cuarto intermedio y en los próximos días notificará a las partes sobre la próxima audiencia en la que alegaran las defensas.
El hecho ocurrió el lunes 19 de octubre de 2020, cerca de las 23.40, cuando el colectivo circulaba por la calle Vieytes, entre Quinquela Martín y Suárez, y dos ladrones subieron armados y con intenciones de robo.
Uno de ellos pasó saludando hacia el fondo y el otro se quedó en la parte delantera, extrajo un arma y anunció que se trataba de un asalto.
“¡Bueno, están todos regalados!”, fue la frase que ese delincuente gritó al iniciar el robo, tras lo cual tomó como “escudo humano” a un joven de 29 años que viajaba en el primer asiento detrás del chofer.
Al ver la situación, Lagos, quien viajaba entre el pasaje uniformado y con su chaleco antibalas colocado, se levantó de su asiento para dar la voz de alto, pero de inmediato comenzaron los disparos.
La autopsia determinó que el policía recibió cuatro tiros de frente: uno en el cuello, otro en el pecho, un tercero en un brazo y el restante en una pierna.
En el caso del recolector de residuos Bonifacio, fue alcanzado por un único disparo que ingresó por la espalda, ya que viajaba en un asiento que miraba hacia la luneta trasera del colectivo.
Otros dos pasajeros, de 30 y 34 años, resultaron baleados, uno en una pierna y el otro en un pie, con heridas que no revistieron gravedad.
Durante la pesquisa, se estableció que el acusado Guida tiene antecedentes por robos y había sido excarcelado 20 días antes del hecho a cambio de una fianza de 10.000 pesos y la disposición de que se sometiera al cuidado de su mamá y de una vecina.