ESCUCHARRecientemente galardonado por la Asociación Argentina del Derecho del Trabajo, el joven abogado reflexionó sobre la actividad y los desafíos que enfrentan la profesión y los nuevos egresados.
Es joven, pertenece a la nueva camada de abogados y ya tiene en su haber el premio “Antonio Vázquez Vialard” a la Solidez Científica, que le otorgó la semana pasada la Asociación Argentina de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de Córdoba.
Es de Oliva, tiene tres hijos y desde 2007 ejerce la profesión de abogado en el fuero Laboral. Asegura que tiene una asignatura pendiente -la docencia- y que en algún momento “le gustaría retomarla”.
Tras recibir la distinción, Comercio y Justicia dialogó con Héctor David Medina.
-Ha sido premiado en las XIII Jornadas de Derecho del Trabajo. ¿Cómo se le ocurrió participar y luego elegir la temática de su trabajo?
-Me gustan mucho los eventos académicos. Trato de participar en todos los que puedo. Son espacios donde uno puede salir de la rutina diaria y renovarse, tanto de pensamiento como de actitud, para afrontar los problemas jurídicos que se plantean a diario en el trabajo. Ya había presentado una ponencia en el año 2010. Y este año, sobre la base de la tesina presentada para la obtención del título de especialista en Derecho Laboral, con un análisis desde la perspectiva de Los Derechos Humanos, Laborales y de La Seguridad Social, presenté este trabajo.
-¿Podría hacer una breve reseña con los aspectos centrales de su ponencia?
-La ponencia trata sobre una problemática que se parece a una enfermedad crónica, que se diagnostica cuando ya es terminal. Mi tarea como abogado -que en general defiende trabajadores, ya sea en actividad o en situación de necesitar algún beneficio de la seguridad social- me hizo advertir cómo la irregularidad registral, es decir la falta de declaración de la relación laboral, la incorrecta declaración o cotización, terminan dejando a los trabajadores sin beneficios de carácter alimentario, como puede ser una jubilación, pensión por invalidez o fondo de desempleo. Pongamos un ejemplo: un trabajador de un régimen diferencial, que le permite jubilarse con 55 años de edad y con 30 años de aportes; pero dicha diferencialidad no es declarada ni cotizada por su empleador. En ese caso, lisa y llanamente pierde 10 años de prestación jubilatoria, porque el organismo gestor es muy estricto en el otorgamiento de esta prestación que se otorga diez años antes que la ordinaria. Luego, con base en esta problemática, viene todo un análisis sobre cómo el derecho laboral reguló la reparación por este tipo de daños. La tesis central es que hay una falta de adecuación del diseño legal laboral, en clave con la necesaria complementariedad que debería guardar con el derecho de la seguridad social y, fundamentalmente, respecto de la Constitución Nacional y los instrumentos internacionales incorporados luego de la reforma de1994.
– Litiga como abogado en los tribunales pero también se hizo un espacio para escribir un trabajo con rigor científico. ¿Es difícil esto para un profesional de la abogacía que se ha dedicado especialmente a litigar en los tribunales?
-Así es. Creo que el litigar me pone en contacto con la realidad; sin embargo, genera una gran dificultad a la hora de “tomarse un tiempo” para escribir. Porque ese tiempo sale o del trabajo o de la familia. Es una tensión que hay que poder manejar para hacer lo que a uno le gusta.
– ¿Cómo ve la profesión, cuáles cree son los desafíos que deberán enfrentar los nuevos abogados y quienes ya están en carrera?
-La profesión me apasiona. Por eso la veo muy bien. Sin embargo, tiene importantes complejidades y dificultades. Se ha masificado de modo superlativo y la competencia es importante. Los abogados que recién comienzan se debaten entre especializarse y “tener” que ser generalistas para en el mejor de los casos mantenerse económicamente, lo que puede poner en riesgo la excelencia y la responsabilidad profesional. Advierto que hay una importante cantidad de abogados “empleados” en grandes estudios jurídicos. Eso está modificando la estructura social de este grupo profesional. Con esta realidad, sin duda los desafíos serán muy grandes para los jóvenes abogados, la inserción laboral creo es lo más difícil. La mejor receta, perseverar en la especialidad que a uno de guste y darle tiempo a la profesión.
Los premiados
En el marco de las XIII Jornadas de Derecho del Trabajo organizadas por la Asociación Argentina del Derecho del Trabajo y la Seguridad Social Córdoba, se les otorgó el premio “Américo Plá Rodríguez” a la Originalidad a María Elena Arriazu y a Ricardo León Chercoles; el premio “Antonio Vázquez Vialard” a la Solidez Científica, a Héctor David Medina y Julio Alfredo Méndez, y el premio “Norberto Centeno” a la Defensa de Derechos, a Laura Gabriela Nievas.
