Fueron condenados Lucas Chávez y Rubén Leiva. La pena fue la misma que había solicitado el fiscal Hugo Almirón. El joven fue ultimado de un disparo por la espalda en julio de 2014
La Cámara 8ª del Crimen condenó ayer a prisión perpetua a los policías Lucas Chávez y Rubén Leiva por el crimen de Fernando “Güere” Pellico, quien murió por haber recibido un disparo por la espalda en el asentamiento Los Cortaderos, próximo a barrio Los Boulevares de la ciudad de Córdoba.
La pena impuesta por el tribunal fue la misma que reclamó en los alegatos el fiscal Hugo Almirón, quien consideró que se trató de un caso “gatillo fácil” policial. Ambos agentes llegaron a juicio acusados de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y por su condición de policías, además de lesiones graves. Esto último, por las heridas que recibió Maximiliano Peralta, primo de la víctima y principal testigo en el juicio.
De acuerdo con las pruebas que surgieron en el juicio, los disparos fueron efectuados desde atrás y no existió tiroteo alguno. El fiscal enfatizó que luego del crimen los uniformados intentaron “plantarles” un arma a los dos jóvenes y hasta habrían realizado un disparo contra el patrullero para justificar su coartada.
Previo a que el tribunal y los jurados populares pasaran a deliberar, hizo uso de la palabra la mamá de Pellico, Ana María, quien pidió justicia por el “asesinato animal” de su hijo.
“Nuestra familia ya nunca volverá a ser la misma. Pasamos las fiestas sin mi hijo, solos. Me lo mataron, nos destrozaron. Lo mataron como a un animal”, dijo. La mujer luego se retiró llorando, abrazada de familiares.
Respecto de los acusados, Leiva se abstuvo de declarar. Chávez sí lo hizo. Dijo que entendía “el tremendo dolor de esa madre”, pero que él esa noche “estaba trabajando”. “Yo también tengo un hijo que no veo hace dos años. Es como si lo hubiera perdido”, sostuvo. “Yo nunca quise lastimar a nadie”, completó.
El caso
Todo sucedió el 25 de julio de 2014 pasada la hora 2. “Güere” Pellico y su primo Maximiliano Peralta volvían en moto de comprar unas bebidas. Pellico era quien manejaba.
Güere murió luego de recibir un balazo en la espalda que le quedó incrustado en la garganta. Su primo, quien sobrevivió, recibió un tiro en una nalga.