Con jurados populares y con la declaración de cinco testigos está previsto que comience hoy el juicio contra el agresor de Paola Acosta, la mujer que en septiembre de 2014 fue asesinada y arrojada a una alcantarilla junto con su beba.
El debate oral y público ocurrirá en la Cámara 11ª del Crimen y tendrá como único imputado a Gonzalo Lizarralde, padre biológico de la nena, quien la había reconocido un mes antes del crimen, previo ADN y orden judicial que lo obligó a cumplir con la cuota alimentaria.
En declaraciones a la prensa, el fiscal del caso, Diego Albornoz, aseguró que la prueba recolectada es “muy importante y gravosa”.
“Vamos a tratar de acelerar lo máximo posible las audiencias”, sostuvo el fiscal. “La prueba recolectada es muy importante y pone en una situación muy difícil al imputado, Gonzalo Lizarralde”, añadió Albornoz.
El juicio contará con la participación de jurados populares. “Es la intervención de la ciudadanía, del ciudadano común interesado en el hecho más sagrado que es la administración de la Justicia”, consideró.
El caso de Paola Acosta y Martina, su hija, mantuvo en vilo la sociedad cordobesa durante más de tres días. Martina sobrevivió 80 horas junto al cuerpo sin vida de su mamá, en una alcantarilla.
El primer día de audiencias contará con la declaración de cinco testigos y el jueves 24 están convocados cinco más.
Según la reconstrucción judicial, Lizarralde había acordado llevarle a Paola 1.400 pesos de la primera cuota alimentaria y, tras postergar la visita durante varias horas, finalmente arribó al domicilio cerca de las 22.30. Paola bajó hasta la vereda con la niña, que por entonces tenía un año y 9 meses, mientras que sus otros dos hijos quedaron en el departamento.
Al día siguiente, los niños advirtieron que ni su mamá ni su hermanita habían vuelto a dormir, avisaron a la familia, que radicó la denuncia en la Comisaría 9ª. Hubo concentraciones frente a la sede judicial y cuestionamientos al accionar de la Justicia, hasta una multitudinaria marcha reclamando la aparición de ambas.
El sábado 20 de septiembre, cuando todavía no se sabía el destino de Paola y Martina, la fiscal Eve Flores asumió la investigación, ordenó la detención de Lizarralde y lo imputó por doble femicidio.
