Pagaré en dólares se salda en esa moneda más los impuestos PAIS y Ganancias

La cámara interviniente sostuvo que el tiempo transcurrido desde el vencimiento de la deuda a su pago perjudicaría al acreedor, sumado a los tributos que debería agregar para comprar la moneda extranjera, que no existían cuando se rubricó la obligación

La Cámara 7ª Civil y Comercial de Córdoba admitió la apelación presentada por la ejecutora de un pagaré en dólares estadounidenses, admitiendo que la conversión de la moneda extranjera se realice al momento del pago más 30% del impuesto PAIS y 35% de Ganancias, pues lo contrario perjudicaría al acreedor.

El tribunal integrado por los vocales María Rosa Molina de Caminal, Rubén Atilio Remigio y Jorge Miguel Flores destacó que la queja del acreedor se dirigía contra lo resuelto por el a quo, en cuanto dispuso que el pago en pesos se ajuste a la cotización del dólar a la fecha del vencimiento de la obligación, con sustento en no haberse ejercido la opción de solicitar la cotización del día del pago.

En segundo lugar, el apelante reprochaba que, además de aplicar una cotización que lo perjudica de modo inadmisible, se tomara como base para realizar dicha equivalencia la cotización oficial del dólar estadounidense al momento del vencimiento de los documentos, lo cual genera también un desmedro en su patrimonio, ya que sabida es la imposibilidad de adquirir dólares estadounidenses a dicho valor.

En ese escenario la alzada consideró que el principal argumento del recurrente se basaba en los artículos 44 del decreto ley 5965/63 y 765 del Código Civil y Comercial (CCyC), de los cuales resulta que si el pagaré fue librado en moneda que no sea de curso legal en el lugar de pago, el importe puede abonarse en la moneda de ese país al cambio del día del vencimiento, y que en caso de retardo del deudor -situación que se configura en el sub lite- el portador puede, a su elección, exigir que el importe le sea pagado al cambio del día del vencimiento o al del día del pago.

Así, el tribunal precisó que la solución del artículo 44 antes referido reconoce al acreedor la posibilidad de exigir que el importe a pagar en moneda de curso legal sea calculado al cambio de la moneda extranjera al día en que realmente se efectivice el pago, en caso de resultarle más conveniente, al argumentar que el acreedor no puede verse perjudicado por la mora del obligado.

La cámara afirmó que las variaciones en la cotización de la moneda extranjera pactada, así como la apreciación de ésta con relación a la moneda de curso legal, constituyen riesgos de la prestación que deben ser soportados por el deudor ejecutado -por encontrarse en mora- no por el acreedor.

En esa dirección, el fallo interpretó que la solución contraria conllevaría un enriquecimiento incausado del deudor, al sostener que no puede el accionado pretender liberarse pagando sólo hoy el monto necesario para comprar la moneda extranjera a la fecha del vencimiento de cada título (casi cinco años atrás, aproximadamente).

De ello el tribunal infirió que esta suma le sería insuficiente a la acreedora para adquirir la misma cantidad de la moneda pactada.

La decisión destacó que al tiempo en que se suscribieron los títulos ejecutivos resultaba imposible imaginar que, en los años subsiguientes, la distorsión del precio del dólar tendría la magnitud que sufrió, no por la existencia de cepo cambiario sino por el denominado impuesto PAIS, establecido en artículo 35 de la ley 27541, más una carga de 35% a cuenta de Ganancias, que luego se puede devolver en ciertos casos regulados normativamente, siempre al año siguiente de aquel en que dicha percepción fuere concretada, destacando que entre ambas medidas hubo un aumento directo de 65% en el valor de la divisa estadounidense (sin contar otras cuestiones que pudieren impactar en su cotización).

Los camaristas observaron que -si bien ello era, ciertamente, imprevisible al tiempo de la suscripción de los pagarés- no puede dejar de resaltarse que “si el deudor no deseaba que se incrementara de modo importante su deuda pudo -y debió- abonarla tempestivamente”.

Cepo

Así, se consideró que el cepo cambiario era previsible -y fue previsto-, no procediendo exigir la entrega de dólar billete en cumplimiento de la operación (por sobre los US$ 200 que deben ser entregados, como refirió el a quo), mas ante la carga impositiva que era imprevisible corresponde establecer un mecanismo corrector del contenido de la deuda.

En esa dirección, la cámara estimó que el valor del dólar -más el 30% correspondiente al impuesto PAIS y el 35% de Ganancias- es una cotización adecuada para el caso, en que la existencia de cepo impone -en función de lo convenido- el pago en un dólar oficial, ya que el impuesto adicional es igualmente “oficial”, si la ejecutante pudiera concretar el cambio de los pesos que recibe por la divisa en cuestión.

Consecuentemente, por lo expresado, en el fallo se resolvió modificar el resolutorio en crisis, en cuanto a que la suma mandada a pagar; esto es, US$780, podrá convertirse a moneda de curso legal según la cotización de la divisa efectuada por el Banco de la Nación Argentina (tipo vendedor), a la fecha del efectivo pago, con más 30% correspondiente al artículo 35 ley 27541 y 35% del impuesto a las Ganancias.