El padre de Ciro y Luciano Pertossi, dos de los acusados por el crimen de Fernando Báez Sosa, dijo que sus hijos “no son asesinos” y que lo que pasó es “tremendo” y “una desgracia”, al declarar como testigo en el juicio que se lleva adelante en los Tribunales de Dolores a los ocho rugbiers imputados por el asesinato.
“Uno cree que las cosas están encaminadas en la vida y llega esto, y no sé qué pensar. Mis hijos no son asesinos, son chicos, son adolescentes, no puedo creer de lo que se está acusando”, dijo Mauro Pertossi frente al Tribunal Oral Criminal 1 de Dolores.
El hombre, que fue convocado a dar testimonio por la defensa de los rugbiers, a cargo de Hugo Tomei, contó que ahora tiene “otros problemas” aparte de la situación que vive con sus hijos, ya que debido a ello no consigue trabajo y fue desvinculado de la empresa en la que trabajaba desde hacía 25 años: “El sostén de mi familia es mi esposa, he recibido amenazas telefónicas”, dijo.
Por su parte, Eduardo Benicelli, papá de Matías, expresó que siente “mucho dolor, angustia” y que “nunca” imaginó “pasar por una situación así”.
“Estamos acosados, no podemos salir a la vereda. Escucho como insultan mediáticamente a mi esposa (…) No encuentro explicación. Mi trabajo se vino para abajo. No encuentro una palabra justa para poder definirlo. Fueron tres años de mucho dolor”, agregó el testigo, quien incluso cuestionó a quienes escuchó decir que quiere que a su hijo le hagan daño en la cárcel.
“No quiero decir que lo que pasó no fue terrible, es terrible lo que pasó, un dolor terrible para todos, terrible”, agregó.
Tras declarar, tanto Mauro Pertossi como Eduardo Benicelli pidieron permanecer en la sala y a ninguno de los dos les formularon preguntas ni la fiscalía ni el particular damnificado.
Finalmente, declaró la mamá de Enzo Comelli, María Alejandra Guillén, quien se dirigió directamente al abogado de los padres de la víctima, Fernando Burlando, y dijo: “Quería decirle al señor Burlando que yo no soy ninguna puta. Hace tres años que esperé este momento, yo necesito decirlo”.
Sobre su hijo, dijo que “trabajaba en un boliche y con eso se pagó sus vacaciones” y agregó que lo ocurrido les “cambió la vida a todos”. “Mi vida cambió ese día. Es tremendo”, concluyó.