La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) de México le recomendó a la Fiscalía General de la República (FGR) que realice una nueva investigación del caso de Mario Aburto, el asesino confeso del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio, en 1994, por violaciones graves a sus derechos humanos (DDHH).
Además, señaló que se violentaron su integridad personal y su derecho a un trato digno, por actos de tortura e incomunicación.
En un comunicado, la CNDH indicó que después de investigar la causa determinó que la tortura en contra de Aburto fue ejecutada por agentes de la entonces Procuraduría General de la República y del Ministerio Público, desde su detención, en marzo de 1994, hasta las primeras diligencias, y en su traslado a la cárcel. “Las nuevas consideraciones y hallazgos advierten violaciones graves de derechos humanos; por ello, la CNDH establece que la FGR deberá realizar una investigación del caso que dio origen a la detención y sentencia”, apuntó.
El crimen de Colosio se considera el magnicidio más grave en México desde 1928, cuando fue asesinado el primer mandatario electo Álvaro Obregón, quien ya había presidido el país en el periodo 1920-1924.
La CNDH dijo que la nueva investigación o la reapertura de la anterior “tendrá como finalidad subsanar deficiencias y llegar al pleno esclarecimiento de los hechos”, que permitan al penado y a la sociedad mexicana acceder al derecho a la verdad de manera individual y colectiva.
También pidió que el Estado responda por sus actos mediante acciones de reconocimiento y reparación integral del daño y políticas de no repetición.
Mitin
El 23 de marzo de 1994, Colosio encabezó un mitin en la ciudad fronteriza de Tijuana y al bajar para saludar a la gente un hombre le disparó en la cabeza y en el abdomen. Falleció dos horas después en el hospital.
Se detuvo al presunto asesino material, Aburto, quien actualmente cumple condena, pero las investigaciones se prolongaron en busca de un posible autor intelectual o de un complot.
El crimen de Colosio se considera el magnicidio más grave en México desde 1928, cuando fue asesinado el primer mandatario electo Álvaro Obregón, quien ya había presidido el país en el periodo 1920-1924.
Hace dos años, cuando el caso cumplió 25 años, la familia de Aburto le envió una carta al presidente, Andrés Manuel López Obrador, pidiéndole que reabriera el caso.