jueves 21, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

México: judiciales protestaron contra elección popular de magistrados en la Fórmula 1

Claudia Sheinbaum. La presidenta mexicana respalda el cambio constitucional que promovió Andrés López Obrador. (FOTO: Noticias Argentinas)
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En México, al inicio del Gran Premio de México en el Autódromo Hermanos Rodríguez, un grupo de trabajadores del Poder Judicial Federal protestó contra la polémica reforma de la Justicia que impulsó con éxito el ex presidente Andrés López Obrador y defiende la actual jefa de Estado, Claudia Sheinbaum.

En la zona se desplegaron agentes de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) para impedir la manifestación.

La jueza de distrito Mónica Pérez Arce grabó el momento en el que ella y varias compañeras discutían con uniformados porque no les permitían moverse y le negaban paso a sus colegas.

Pese a no poder salir de un pequeño sector en uno de los accesos al estadio, desplegaron un cartel con la frase “nadie se burla de los mexicanos, nada más Morena”.

En las grabaciones y fotografías que difundieron en las redes, plantearon que no se les permite expresarse con libertad y hubo jueces que denunciaron abuso policial y se solidarizaron.

Cabe recordar que la semana pasada, el Consejo de la Judicatura Federal votó que el Judicial retomara actividades, pero la determinación no fue acatada.

Además, la Suprema Corte mexicana admitió cinco acciones de inconstitucionalidad contra la reforma al Poder Judicial de la Federación (PJF), lo que permitirá que analice el cambio constitucional.

Entre otras cosas, el alto tribunal le ordenó al Legislativo rendir informes sobre el proceso de reforma. Lo propio les indicó a los 32 congresos locales.

Morena
El domingo 15 de septiembre, dos semanas antes de dejar su cargo, López Obrador promulgó la reforma constitucional que impulsó su partido, Morena, que reestructuró radicalmente la Justicia al establecer que los magistrados -incluidos los supremos- sean elegidos por voto popular.

La publicación en el Diario Oficial de la Federación (DOF) coincidió con la fiesta de la independencia del país.

El 4 de septiembre, en minutos, las bancadas de Morena y sus aliados en Diputados le dieron luz verde a la propuesta. El trámite parlamentario terminó la madrugada del 11. En el Senado, el oficialismo consiguió el único voto que le faltaba gracias a un legislador de la oposición y después de un complejo debate, que incluyó la irrupción de manifestantes, el cambio de sede de la sesión y acusaciones por sobornos.

El senador que cambió su voto, Miguel Ángel Yunes Márquez, del Partido de Acción Nacional (PAN), fue expulsado junto con su padre -el suplente en la Cámara Alta y ex gobernador Miguel Ángel Yunes Márquez- y la diputada Natividad Díaz, quien también apoyó la iniciativa, por “traición”.

El PAN adelantó que impugnaría la reforma porque, según alegó, viola tratados internacionales y el proceso parlamentario fue antidemocrático.

Agosto
En agosto, el dictamen de la reforma generó un paro total de actividades de la Justicia federal. Fue motorizada por empleados y luego se sumaron cerca de 1.500 jueces.

La Asociación Nacional de Magistrados de Circuito y Jueces de Distrito del Poder Judicial de la Federación (JUFED) emitió una declaración formal en X en la cual pidió que se planearan modificaciones idóneas para “enfrentar las causas estructurales que debilitan la calidad de la Justicia”. Además, reclamó la puesta en marcha de una mesa de diálogo con los grupos parlamentarios del Congreso.

OEA
En paralelo, organizaciones del Judicial mexicano, incluida la JUFED, emitieron un comunicado en conjunto para informar que acudieron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA y que denunciaron que el proyecto que elaboró López Obrador e impulsó Morena generó interferencias arbitrarias a la independencia y autonomía de la Justicia.

Las medidas reflejaron las tensiones en torno a la iniciativa de López Obrador, quien defendió el plan argumentando que su fin es librar al Judicial de “la corrupción y de los privilegios”.

Entre otras advertencias, los críticos alertaron que el cambio podría derivar en que personas con mínima experiencia jurídica pero con respaldo proselitista ocupen cargos, ya que avasalla la carrera judicial.

En la previa del paro, la titular de JUFED, Juana Fuentes, afirmó que el presidente “enloqueció”. “Si pasa esta reforma vamos a generar un régimen de un poder absoluto y concentrado en una sola persona”, alertó.

Sistema
El sistema mexicano tiene muchos problemas sistémicos -sobre todo, la morosidad y los elevados niveles de impunidad-, y los críticos sostienen que la revisión López Obrador podría empeorarlos al politizar a vastos sectores.

Víctor Oléa, presidente de la Barra Mexicana, Colegio de Abogados de México, estimó que la propuesta del mandatario es “una venganza” y un intento de controlar políticamente a la Justicia.

Sheinbaum respaldó a López Obrador. Cuando comenzó el paro, dijo que con el cambio normativo se buscaba “un verdadero sistema de justicia” y valoró que el voto popular le dará “más autonomía”.

Constitucionalista
En declaraciones a Diario Perfil, el constitucionalista argentino Roberto Gargarella dijo que la reforma es de “gravedad extraordinaria” porque los cambios buscan “terminar con cualquier posibilidad de independencia judicial”.

El académico sostuvo que algunos jueces van a ser “filtrados por el poder político de turno” y aseguró que la medida tiene un “propósito antidemocrático” y que es inconstitucional o anticonvencional. “Para el ciudadano común, esa trampa lo pone en un lugar mucho peor”, sentenció.

Sumó que la cuestión de la elección tiene como contracara “algo muy serio”, a saber: que todos magistrados dejan su cargo. “Esto empieza con una limpieza de los jueces que estaban molestando al presidente; particularmente, de la Suprema Corte”, detalló.

“Dentro de las disidencias que hay en la academia y en la jurisprudencia, hay un acuerdo creciente, en el que aún participan jueces y académicos argentinos, y es que los poderes judiciales tienen que ser lo más diferentes y respetuosos posibles frente a las decisiones sustantivas que toma la política”, agregó.

“Hay dos aditamentos que hacen que esto se convierta en un horror. Uno son los comités de selección, y el otro los tribunales de disciplina. Ambos son mecanismos destinados a terminar con cualquier posibilidad de independencia judicial. Ambas cosas son aterradoras, pero, particularmente, la presencia de los tribunales de disciplina implica que funcionarios que no se sabe bien cómo van a ser designados van a poder investigar, sancionar y remover a los jueces que, según su entender, actúen en contra de los principios de objetividad, imparcialidad, independencia, profesionalismo y excelencia”, afirmó además Gargarella.

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