Un fiscal acusó al empresario y ex legislador de Mendoza Leonardo Hisa de haber encargado el femicidio de su ex esposa, Norma Carletti, asesinada de 52 puñaladas en marzo de 2018, en Tunuyán.
Por el hecho hay otros tres imputados, quienes también comenzaron a ser juzgados.
En su alegato de apertura, el jefe de fiscales de la provincia, Fernando Guzzo, señaló a Hisa como instigador y principal responsable del femicidio de Carletti; a los otros tres encausados los consideró coautores.
Según el agente, la mujer iba a presentar el divorcio e Hisa “sabía que iba a perder la mitad de su patrimonio”.
“Se trata de un asesinato por encargo”, indicó Guzzo.
Hisa, ex representante radical, llegó al debate imputado por homicidio calificado por el vínculo y por ser cometido por precio o promesa remuneratoria, en calidad de instigador.
En tanto, a Juan Carlos Guerrero, ex empleado de Hisa, y a sus dos hijos, Alexis y Kevin, se le enrostra homicidio calificado por precio o promesa remuneratoria.
La hipótesis presentada por Guzzo y el fiscal Jorge Quiroga apunta a que Hisa, quien se encuentra con prisión domiciliaria, pagó una importante suma de dinero para que los Guerrero mataran a su ex mujer, en su vivienda.
“Fue un cruel asesinato por encargo. Vamos a solicitar una culpabilidad por un femicidio, en una simetría de poder en relación contra la víctima, y también por precio o promesa remuneratoria. Los tres Guerrero cometieron el crimen por un precio que puso Hisa, el instigador”, afirmó Guzzo.
El fiscal reprodujo una serie de audios en los que Hisa discutía los pormenores del divorcio y la división de bienes con Carletti, y una llamada de la noche del homicidio en la que Kevin Guerrero afirmó: “Hay que ponerla o ponerla”.
Por su parte, el defensor de Hisa, Daniel Sosa Arditi -quien interviene en el debate junto a su hija Sofía-, afirmó que su asistido es inocente y alegó que “es injusto condenar sin fundamentos”.
Para el abogado, la hipótesis de crimen por encargo “no tiene sentido” dado que con la mujer muerta “la división era la misma”, por la sucesión”.
Hizo hincapié en que los sicarios actúan de una forma totalmente distinta a la de los delincuentes que mataron a Carletti, quienes dejaron rastros, hicieron mucho ruido y no usaron guantes o máscaras para evitar ser identificados.
A su turno, Federico Alisiardi, abogado de Juan Carlos Guerrero, aseguró que el hombre “no tiene ningún tipo de vinculación con el caso” y que las conversaciones que tuvo el imputado con Hisa en los días previos al crimen fueron por cuestiones laborales.
Las querellas las encabezan el abogado Eduardo de Oro, quien representa al hijo de Hisa y de la víctima, y Víctor Ábalos, por los otros hijos de la mujer.
En el juicio oral que comenzó ayer intervienen 12 jurados populares y el juez técnico David Mangiafico.
Se estima que durará más de un mes, por la cantidad de testigos citados, que son más de 80.
El hecho ventilado ocurrió el 5 de marzo de 2018 cuando Carletti, de 59 años, fue asesinada de 52 puñaladas en su casa de Tunuyán, unos 83 kilómetros al sur de Mendoza capital.
La mayoría de las heridas estaba en su espalda y tórax y los peritos hallaron sangre y huellas esparcidas por varias salas de la vivienda.
Después del crimen, el fiscal adjunto Gonzalo Nazar imputó a Hisa a partir de una serie de declaraciones testimoniales y peritajes; entre ellos, una llamada telefónica que él realizó a uno de los supuestos autores materiales horas antes del asesinato.