Habían sido planteados por Ariel José Rojas y Rodrigo Sebastián Romero. En el hecho, acaecido en abril de 2005, murieron 14 reclusos alojados en ese penal santafesino.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación rechazó los recursos de los dos condenados a prisión perpetua por la denominada “Masacre de Coronda”, a raíz de la cual murieron 14 presos alojados en ese penal santafesino en abril de 2005.
Fuentes judiciales informaron ayer que por cuestiones formales el Máximo Tribunal desestimó los planteos de los defensores de Ariel José Rojas y Rodrigo Sebastián Romero, quienes estaban presos en Coronda al momento del hecho.
El presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, y los ministros Elena Highton y Carlos Fayt tuvieron por “no presentados” los recursos y quedaron “firmes” la condenas a prisión perpetua de Rojas y Romero.
En diciembre de 2008, ambos -junto a otros cuatro presos- fueron condenados por “privación de la libertad coaccionante agravada por haberse logrado el propósito y homicidio calificado por alevosía y el concurso premeditado de dos o más personas”, reiterado en 14 casos.
Según la sentencia, “tanto Rojas como Romero tuvieron un papel determinante en los hechos” registrados el 11 de abril de 2005, contribuyendo a un plan común, avanzando en grupo y armados sobre personas indefensas y encerradas”, sin “la más mínima posibilidad de huir o defenderse”.
En esas circunstancias, los condenados abrieron las celdas del penal “de a una por vez” y procedieron a “darles muerte” a algunos detenidos “de acuerdo a una minuciosa selección de los presos rosarinos, actuando sobre seguro y aprovechando el estado de indefensión de las víctimas”.
Se trató de crímenes selectivos, previamente organizados, que tuvieron como víctimas a 14 internos oriundos de Rosario que estaban alojados en los pabellones 1 y 11.
Reducción
Los primeros 10 asesinatos, facilitados por la reducción de guardiacárceles (también se sospechó sobre la existencia de un supuesto pacto), se consumaron en un lapso de entre 5 y 8 minutos. Algunas de las víctimas fueron quemadas vivas, en tanto que otras fueron degolladas o heridas con armas punzocortantes de fabricación propia.
De acuerdo con algunas versiones, la “Masacre de Coronda” se produjo como resultado del enfrentamiento entre presos rosarinos y del resto de la provincia, pero el motivo que prevaleció fue el de una “venganza” por la conducta de los internos rosarinos.
Los presos de otras ciudades santafecinas decían que los oriundos de Rosario hostigaban a las visitas, que para los presos “eran sagradas” y les robaban sus pertenencias.