El Mundial de Fútbol a disputarse en breve en Brasil es el número 20 de la Copa FIFA de fútbol. Es la segunda vez que ese país realiza uno. El anterior fue en 1950.
En cuanto a lo que nos ocupa, el Mundial Brasil 2014 será el más caro de la historia. Difieren las cifras respecto de lo gastado en estadios, aeropuertos, vías de comunicación, infraestructura hotelera y demás.
Será, cuando den inicio los partidos, el corolario de una historia de planificación e inversiones que se inició 10 años atrás, cuando en 2004 la FIFA eligió Sudamérica como sede del Mundial 2014. Brasil y Colombia fueron los únicos en postularse para organizarlos. Los brazucas terminaron ganado por abandono, al retirar Colombia la candidatura. De tal forma, el 30 de octubre de 2007 la FIFA oficializó a Brasil para albergar la copa futbolera y mundialista de 2014.
Con un presupuesto de más de veinte mil millones de dólares y una inversión total, tanto del sector público como privado, de 23% de su PIB, la organización del evento viene, desde lejos, presidida por la polémica.
Ya en enero de 2013, en un viaje que hicimos a Río de Janeiro, pudimos advertir la onerosidad del gasto en la refacción del estadio Jornalista Mário Filho, más conocido como Maracanã. Otra vez, a principios del presente año, en Bahía pudimos advertir la corriente negativa de opinión, contra los crecientes gastos que devoraba el evento.
Se decía que era una barbaridad que cinco estados del país gastaran más en sus presupuestos para construir estadios que el educación o salud. También hubo manifestaciones en la calles en contra de lo que consideraban de diversos modos, pero siempre en forma negativa. Algunos lo entendían como mala administración. Otros, directamente como “afano”.
Su antecedente más cercano en la materia, es la Copa Mundial 2010, celebrada por primera vez en el continente africano. Para la ocasión Sudáfrica se engalanó como pocas veces. Se aprovechó asimismo el viento a favor para construir alguna infraestructura demorada.
En total, el país africano invirtió un total casi cuatro mil millones de dólares en mejoras de infraestructura permanentes, las cuales incluyen el nuevo aeropuerto internacional en Durban y el tren de alta velocidad entre el aeropuerto de Johannesburgo y el centro de la ciudad.
Aun siendo un país muy rico en cuanto a su producción económica (oro, diamentes, etcétera), pero no así en el bolsillo de la mayoría de sus habitantes, el presupuesto estricto sensu otorgado para la realización del evento futbolero fue de sólo $475 millones de dólares. También hubo controversias y protestas, pero todas ellas se vieron acalladas cuando al final del torneo, se obtuvo una ganancia de $631 millones de dólares.
De acuerdo con un estudio realizado por el Banco Itaú Unibanco, el Mundial de Fútbol 2014 en Brasil tendrá un impacto positivo de 1,5 punto porcentual en el Producto Interno Bruto (PIB) del país en los próximos tres años, con la creación de al menos 250.000 empleos directos. Esos números justifican el gasto, al entender de muchos. Como hemos escuchado antes ese tipo de argumentaciones, la respuesta de nuestra parte es: habrá que ver para creer.
* Abogado. Doctor en Ciencias Jurídicas.** Agente de la Propiedad Industrial.