El Juzgado en lo Civil y Comercial de 43ª Nominación de la ciudad de Córdoba ordenó a un banco que reintegre el dinero que le había cobrado a una cliente por compras efectuadas con una tarjeta de crédito robada. Asimismo, la jueza Mariana Liksenberg condenó a aquél a pagar una indemnización por daño moral y punitivo para resarcir la angustia que padeció la damnificada, así como por la desidia con la que fue tratada, pese a sus múltiples reclamos.
La cliente sufrió la sustracción de la tarjeta de crédito mientras trabajaba en una veterinaria. No advirtió de que alguien había ingresado al local y le había extraído la billetera que tenía guardada dentro de la cartera, con múltiple documentación. El plástico se utilizó para hacer compras en diferentes comercios con un DNI adulterado. Dos días después del hecho, cuando se dio cuenta de que le faltaba la billetera, la mujer solicitó el bloqueo de la tarjeta y desconoció las compras. Sin embargo, el banco rechazó ese desconocimiento y le exigió el pago de la deuda, más intereses e IVA. La entidad financiera dio por sentado que la tarjeta continuaba en poder de la cliente cuando se efectuaron las transacciones cuestionadas.
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