El gobierno de la provincia de Córdoba anunció ayer la eliminación de las celdas de aislamiento que existen en las cárceles de Córdoba, empleadas sistemáticamente durante la última dictadura militar y largamente resistida por organismos de derechos humanos.
Según explicó el ministro de Justicia, Luis Angulo, las celdas de castigo serán eliminadas y reemplazadas por pabellones para internos “con dificultades conductuales”, en los que los reclusos no permanecerán separados de otros condenados.
Cada una de esas unidades contarán con sanitarios individuales, ventilación y dos horas diarias para salir al patio . Con la medida, la Provincia busca evitar condiciones “deteriorantes de alojamiento”. De este modo, los internos castigados podrán además seguir accediendo al trabajo y la educación dentro de las cárceles, serán atendidos por médicos y podrán recibir la visita de familiares o allegados.
Según se informó, el cambio de celdas de aislamiento por pabellones demoraría en principio entre dos y tres meses, pero el Servicio Penitenciario ya realizó refacciones y nuevos espacios y en otros casos las obras continúan. Así, por ejemplo, el sector de hombres de la cárcel de Bouwer ya cuenta con un pabellón con cuatro módulos, cada uno con 25 celdas, mientras que en el sector de mujeres hay tres celdas.
Asimismo, la penitenciaría de Cruz del Eje tiene un pabellón con 32 celdas y la de Villa Dolores cuenta con cinco celdas.