En un comunicado, la Secretaría para el Fortalecimiento de la Democracia de la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA) indicó que hay “profundas deficiencias” en un estudio presentado por la fiscalía de Bolivia, que descartó una manipulación de votos tras los comicios presidenciales de octubre de 2019.
Así, confirmó sus hallazgos sobre las irregularidades en las elecciones que desembocaron en la salida de Evo Morales del poder.
Las autoridades del organismo internacional indicaron que la investigación encargada por la Fiscalía, que se encargó de analizar la integridad de los sistemas informáticos y de la información generada en el proceso, tiene errores y omisiones evidentes.
“El estudio pericial, pagado por la Fiscalía, se refiere única y exclusivamente a temas informáticos con base en información desconocida y proporcionada por el ente estatal, y no abarca otros asuntos de suma importancia para comprender de manera integral los hechos de 2019″, indicó la OEA, en referencia a la pesquisa encargada en abril al Grupo de Investigación Deep Tech Lab de BISITE de la Fundación General de la Universidad de Salamanca.
No obstante, la OEA señaló que el principal acierto de dicho estudio es que “confirma los graves hallazgos en materia informática contenidos en el Análisis de Integridad Electoral”.
Como ejemplo, citó que ratifica la utilización de dos servidores ajenos a la estructura tecnológica establecida para el sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP). También expuso que confirma que el entorno permitía la manipulación de los datos, la suplantación de actas o “cualquier otra maniobra a través de usuarios con privilegios root2 en TREP y cómputo”; la falta de registros que impiden determinar la actividad de los usuarios sobre las bases de datos; que se redirigió el tráfico hacia una red externa que estaba fuera de dominio, administración, control y monitoreo del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y que hubo destrucción de la evidencia y “otros aspectos” que comprometen la integridad de los sistemas utilizados en las elecciones.
Cabe recordar que durante la jornada electoral del 20 de octubre de 2019, una paralización del escrutinio que duró casi 24 horas cuando se habían contabilizado el 83% de los votos generó la desconfianza en los comicios.
En ese lapso, hubo cambio de tendencia que amplió la ventaja del entonces mandatario Morales sobre su rival Carlos Mesa, dándole la victoria en primera vuelta.
La OEA reiteró su postura crítica con los comicios e indicó que “ninguna democracia aceptaría un proceso electoral” como el que se dio el Bolivia.
Además, apuntó contra la fiscalía, al señalar que intentar validar irregularidades y manipulaciones a través de estudios extemporáneos “constituye una grave afrenta a la democracia en el hemisferio”.