La fiscalía concluyó la etapa de instrucción. Gonzalo Lizarralde es el único imputado. De ser hallado responsable, debería enfrentar la pena de prisión perpetua.
La fiscal de Instrucción Eve Flores solicitó elevar a juicio el crimen de Paola Acosta, la joven madre hallada asesinada en una alcantarilla próxima al puente Zípoli junto a su pequeña Martina.
Gonzalo Lizarralde, el padre biológico de la niña, debe enfrentar cargos por los supuestos delitos de homicidio calificado por el vínculo, violencia de género y alevosía por la muerte de Paola y de homicidio calificado agravado por el vínculo y alevosía en grado de tentativa por el ataque a Martina.
“Lo que ofende, lo que enoja al imputado es que esta mujer no responde a los patrones socioculturales asignados a una mujer. No es una mujer sumisa. Cuando él se niega a reconocer la paternidad, ella acude a la Justicia, defiende los intereses de una hija, logra que se la atienda”, explicó Flores .
“El tipo de investigación criminal que se ha hecho es desde una perspectiva de género. Está alejada del sentimiento y la conmiseración que genera este crimen, tan mediático. Pero hemos concluido que se trató de un femicidio a pesar de que no hay antecedentes de violencia física previa en la pareja”, dijo la fiscal.
“Con base en los testimonios logramos determinar que Gonzalo Lizarralde es una persona machista. En un asado previo él dijo a un amigo suyo que vivía una situación parecida: “Si eso me pasa a mí, la cargo y la tiro al dique”, explicó la fiscal para enmarcar la imputación con la que pretende llevar a juicio oral al acusado.
Esta semana, la bebé, Martina, cumplió dos años. Ella vive con su tía y sus abuelos. Mientras el padre espera el juicio preso en el penal de Bouwer. Él insiste en que es inocente. Las pericias científicas y los testimonios que engrosan la causa dicen todo lo contrario.
La defensa a cargo del abogado particular Sebastian Macari Gaido, tendrá tres días para presentar las oposiciones que crea conveniente al pedido de la fiscal.