Fueron gestados por madres sustitutas, con gametos de los padres y óvulos donados por terceras. La mayor nació en Florida, Estado Unidos, y los menores en Argentina. Los demandantes piden que los declaren sus vástagos. Una sentencia del Alto Cuerpo fijaría una postura definitiva sobre el “alquiler de vientres”
En poco tiempo se espera que la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) se pronuncie en un caso de gestación por sustitución y coparentalidad, iniciado por dos hombres.
Si bien hay varios precedentes en supuestos similares, el fallo del Máximo Tribunal podría fijar una postura inequívoca sobre la legalidad -o no- del denominado “alquiler de vientres” y avanzar en la conquista o denegación de nuevos derechos, a saber, que las personas que enfrentan desafíos reproductivos puedan recurrir a vientres subrogados para poder ser padres y garantizarles -o no- a sus hijos el derecho a su identidad. La causa que está estudiando la Corte involucra a cuatro chicos que nacieron en vientres sustitutos, con gametos de los padres y óvulos donados.
La mayor -de tres años- nació en Orlando, Estados Unidos, y sus hermanos (mellizos de poco más de un año y un bebé de cuatro meses) en Argentina, gracias al procedimiento que se conoce como gestación por sustitución. Se trata de una práctica reproductiva de alta complejidad que no está legislada en el país, una omisión que no impidió que las parejas que no pueden gestar -heterosexuales y homosexuales- acudieran a la modalidad, aportando o no material genético.
Se estima que al menos 40 chicos nacieron en vientres sustitutos en la Argentina, en contextos variados en los cuales madres, hermanas, cuñadas y amigas movidas por el altruismo lo posibilitaron.
Tres de los cuatro hijos de los actores no tienen DNI ni identidad filiatoria que los consagre como sus hijos, ya que para el ordenamiento jurídico madre es quien da a luz y, por ende, serían hijos de las dos mujeres que los gestaron, a pesar de haber recurrido a la ovodonación (anónima) y a que las gestantes no tienen voluntad de ser madres y sólo se solidarizaron con el proyecto familiar.
La Justicia viene avalando el alquiler de vientres tanto en parejas homosexuales como heterosexuales. Ya son 16 los fallos firmes que sentenciaron que padres son quienes tienen la voluntad de serlo (voluntad de procrear) y no la mujer que los gestó. Con ese aval, los chicos nacidos en úteros subrogados pudieron ser inscriptos como hijos de uno o de ambos aportantes de los gametos, desvinculando en la maternidad a la gestante, sin lazos biológicos.
El anteproyecto del Código Civil regulaba la maternidad subrogada, pero fue eliminada del texto definitivo. Así, los procesos filiatorios quedaron sujetos a la discrecionalidad judicial.
Debate parlamentario
Por otro lado, en este momento hay dos proyectos de ley que esperan ser tratados por la Cámara de Diputados. Una de las iniciativas regula la denominada “gestación solidaria”, que busca que cualquier pareja que no pueda tener hijos realice un convenio con una mujer para que le ceda su vientre sin dinero de por medio. Además, el texto establece que aportará el material genético y deberá ocuparse de todos los gastos médicos de la gestante. También aclara que no podrá hacerse entre cosanguíneos, pero sí entre amigos, conocidos o cualquier persona que esté interesada en colaborar desinteresadamente.
La exclusión de cualquier posible pago o compensación se debe a que como argumento para no regular la figura se alegó que “cosifica” a la mujer, que alienta su “explotación reproductiva” y que implica “esclavizarla por dinero”. Otros aducen que desconoce el vínculo que se establece durante el embarazo en el ámbito intrauterino.
Amparados por el concepto jurídico de que todo lo que no está prohibido está permitido, son muchos los centros de fertilidad que llevan adelante embarazos de mujeres que alquilaron sus úteros.
El director de Halitus, Sergio Pasqualini, detalló ante varios medios de Buenos Aires que desde 2013 hizo 27 procedimientos y que logró 16 nacimientos (dos de ellos, gemelares). La mayor dificultad radica en encontrar gestantes. Halitus ya suscribió convenios con centros en Ucrania, encargados de compensarlas y de homologar acuerdos en los cuales expresan su voluntad informada de llevar el embarazo.
Hasta que haya definiciones legislativas, toda situación de gestación por sustitución debe ser judicializada para lograr la copaternidad al momento de la inscripción del niño.
Rosario: primer precedente
Hace un año, en un fallo sin precedentes hasta ese momento, el juez de Familia de Rosario Ricardo Dutto le otorgó la paternidad a una pareja de hombres, cuyo hijo nació gracias a la ovodonación de una persona anónima y a que una amiga les “prestó” su vientre. Como hay un vacío legal sobre la gestación por sustitución, el magistrado consideró que no estaba prohibida y desplazó a la gestante como madre del bebé.
En su planteo, el matrimonio relató que una clínica de Buenos Aires le brindó asesoramiento y llevó a cabo la práctica. Uno de ellos aportó el material genético y el embrión fue concebido con el óvulo de una donante anónima. Luego, fue implantado en el vientre de su amiga, casada y madre de tres nenes.Documento
Previamente habían firmado un documento en el cual quedó asentado que, a pesar de que los embriones criopreservados le pertenecían a la pareja, “necesitaban un útero” para llevar adelante su proyecto de ser padres. También quedó asentada la voluntad de la gestante, quien manifestó que ni ella ni su esposo tenían intenciones de ser padres del bebé.
En una de las audiencias, la mujer advirtió que estaba preparada desde hacía bastante tiempo y que su objetivo era “tener al hijo de sus amigos”. Según consta en el fallo, sus hijos llaman “primo” al bebé que nació en diciembre de 2015.Progenitores procreacionales
El juez Dutto decidió impugnar la maternidad y le ordenó al Registro Civil que anotara al infante como hijo de los accionantes; es decir, como dijo de dos padres o “progenitores procreacionales”.
Actualmente, todas las parejas, hetero y homosexuales, que tienen hijos con la ayuda de una mujer que les presta el vientre -no los óvulos, por lo cual los chicos no tienen vínculo genético con ellas- deben judicializar sus casos.