Justicia por mano propia: mató a un ladrón y lo sobreseyeron

Un hombre salía del gimnasio, fue testigo del robo de un celular y terminó disparando contra el delincuente. La Cámara de Acusación precisó que el Código Penal prevé la figura del auxilio necesario que se presenta cuando “un tercero acude en legítima defensa de otro”

La Cámara de Acusación de Córdoba sobreseyó a un ciudadano, quien fue acusado de matar en la vía pública a un ladrón que previamente había robado un celular a una joven.

Los camaristas Carlos Alberto Salazar, Patricia Alejandra Farías y Maximiliano Octavio Davies concluyeron que el acusado actuó en legítima defensa y justificó su accionar bajo “la figura del auxilio necesario” regulada en el Código Penal (CP) .

Lo curioso del caso es que aquél no fue la víctima del robo . El hecho ocurrió cuando el hombre salía de un gimnasio y al entrar a su automóvil advirtió de que un joven en moto era perseguido por la policía. Inmediatamente se dio cuenta de que éste había robado y, en cuestión de minutos, terminó sacando el arma que tenía en su camioneta y disparó contra el ladrón. El acusado se defendió explicando que pensó que el delincuente portaba un arma. “Se metió la mano a la altura de la cintura y, por ello, pensé que iba a sacar un arma y por eso le disparé”, declaró.

La querella recurrió el fallo dictado por el Juzgado de Control, que también se pronunció a favor de absolver al ciudadano, cuya defensa fue ejercida por el asesor público Martín Cafure . Afirmó que las características predominantes del hecho “ son la discriminación, el odio y el desprecio a la condición humana . Especificó que una mujer fue desposeída de su celular y que el autor de esa actividad delictiva fue perseguido por un particular y por un empleado de las fuerzas de seguridad con un arma desenfundada”.

Destacó que el acusado fue “acomodando sus versiones a los distintos pronunciamientos que hubo en la causa, por la necesidad de colocarse en un mejor escenario”, y que no tenía “ni un deber ni una responsabilidad, ni un derecho atribuido por nadie ”. Afirmó que “e l imputado asumió los riesgos de la situación y quiso obtener la patente de héroe reconocido por la comunidad ”.

El acusado negó que haya querido convertirse en un “justiciero”. Los testigos avalaron sus dichos y confirmaron que todo ocurrió en cuestión de minutos . El policía que participó de la persecución opinó que en las circunstancias en las que se encontraba el ciudadano, lo que la lógica y la experiencia indican es que “lo único que podía interpretar de ese gesto del delincuente era que iba a sacar un arma y que con ello su propia vida se encontraba en peligro”.

Agregó que el imputado es “un civil, autorizado a portar armas, pero no un usuario profesional”.

Auxilio necesario

Al confirmar el sobreseimiento del acusado, la Cámara de Acusación recordó que el Código Penal (CP) argentino, en su artículo 240, regula la figura del auxilio necesario, que se presenta cuando un tercero acude en legítima defensa de otro.

“Dicha norma equipara a la condición de funcionario público la actuación accidental de un particular que tratare de aprehender a un delincuente en flagrante delito ”, dijo.

En este sentido, los camaristas destacaron que “l a regulación penal abarca situaciones tales como la del particular que actúa de manera voluntaria y a modo personal en la detención de una persona sorprendida en la comisión de un delito , así como cuando el autor del delito es perseguido por la autoridad pública, por el ofendido o por el clamor público (cuasiflagrancia), que es el caso que se verifica en las presentes actuaciones”.

El fallo destaca que esta figura también está regulada en el Código Procesal Penal (CPP) de la Provincia de Córdoba, que ampara la aprehensión privada en su artículo 279 .

Al respecto, el Máximo Tribunal tiene dicho que “… en los casos en que los funcionarios de la Policía Judicial tienen el deber de detener sin orden judicial (…), los particulares están facultados por el ordenamiento penal adjetivo de hacerlo, implicando el ejercicio de la referida facultad el cumplimiento de un acto de función pública. Tal facultad reconocida a los particulares tiene su fundamento en la contribución del ciudadano en la realización de justicia . Se le permite a éste velar por la satisfacción del interés social en la medida de sus posibilidades y dentro de los límites necesarios para evitar la arbitrariedad”.

Finalmente, los camaristas puntualizaron que la doctrina entiende que “la presencia de funcionarios policiales en el lugar del hecho, no impide la facultad de arresto del particular” .