El ex presidente de la Nación Alberto Fernández quedó imputado por lesiones graves doblemente agravadas por el vínculo y por darse en un contexto de género y amenazas coactivas en perjuicio de su ex pareja y ex primera dama, Fabiola Yañez.
El fiscal federal Ramiro González dispuso las primeras medidas de prueba en la causa; entre ellas, la citación de testigos, como María Cantero, la ex secretaria privada de Fernández, y Federico Saavedra, el ex jefe de la Unidad Médica Presidencial.
Yañez dijo que, de distintas formas, Cantero, Saavedra y otras personas -entre ellas, la ex titular del extinto Ministerio de la Mujer, Género y Diversidad, Ayelén Mazzina- sabían que el ex jefe de Estado ejercía violencia sobre ella.
El fiscal también requirió que se preserven los registros de las cámaras de seguridad de Olivos. Puntualmente, pidió las filmaciones del chalet presidencial y de la casa de huéspedes -si es que las hay- entre 2021 y 2023.
Además, reclamó antecedentes sobre dos tratamientos que hizo la presunta víctima (el psiquiátrico y el de fertilidad) y el acceso a la historia clínica completa de la mujer.
Relación asimétrica
González postuló que Yañez “sufrió una relación atravesada por hostigamiento, acoso psicológico y agresiones físicas en un contexto de violencia de género e intrafamiliar” en una “relación asimétrica y desigual de poder” que se desarrolló a lo largo del tiempo, un cuadro de situación que, según consignó, escaló “exponencialmente” por la elección de Fernández como presidente.
Legajo
El agente describió los hechos que se le imputan al ex jefe de Estado y le dedicó un tramo a Mazzina, quien quedó bajo pesquisa en un legajo aparte dentro de la misma instrucción, con la intervención del juez Julián Ercolini.
En su denuncia, Yañez dijo que le reveló a la ex funcionaria que era víctima de violencia de género durante una visita a Foz de Iguazú.
El fiscal reseñó que Yañez aseguró que le mostró a Mazzina, a través de su teléfono celular, los golpes que sufrió, y que le manifestó que se quería ir de la quinta de Olivos, ante lo cual la entonces ex ministra se limitó a decir “no lo puedo creer, Fabi, contá conmigo y vení al Ministerio”, sin tomar ningún tipo de medida conforme al rol que desempeñaba.
En el escrito que presentó ante el Judicial, Yañez aseguró: “En una oportunidad le pedí (a Mazzina) que me acompañe a dar una entrevista a Brasil. En ese país y en el mundo éramos referentes por tener Ministerio de la Mujer, así que me pareció apropiado ir con ella y, más aún, hablarle de lo que vivía. Recuerdo que después de la conferencia fuimos a cenar y, antes, nos sentamos afuera, había un banco. Le dije tengo que decirte algo. Le muestro la foto y le muestro los videos de Alberto con otra mujer teniendo relaciones en Casa Rosada. Se queda callada. Dice: no lo puedo creer, Fabi, contá conmigo y vení al Ministerio de la Mujer. Y no hizo nada. Después de eso, la encuentro un día en una cena a la que fui con Alberto. Se acerca y por lo bajo me dice: ¿Estás mejor?. Sentí que me estaba tomando el pelo”.
Delito
Mazzina negó las acusaciones. “Lo dije y lo sostengo: nunca estuve al tanto de la situación de violencia denunciada por la ex primera dama”, publicó en su cuenta de X. Y agregó: “Me pondré a disposición de la Justicia, que es quien debe investigar, porque no puedo permitir una falsedad sobre lo que sucedió ni que se banalice la violencia de género”.
La ex funcionaria podría quedar imputada por el delito de incumplimiento de deberes de funcionario público.