El próximo 30 de mayo comenzará el juicio por el crimen del joven Joaquín Paredes, asesinado por la espalda por efectivos de la Policía de Córdoba el 25 de octubre de 2020 en la localidad de Paso Viejo, en el noroeste provincial.
La imputación más grave pesa sobre el policía Mikael López, el único detenido en la causa, quien se sentará en el banquillo como autor de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y como coautor de lesiones graves agravadas por el uso de arma de fuego, en concurso real, y de disparo de arma de fuego calificada por la condición especial del autor.
Además, otros cuatro policías que serán juzgados. Se trata de Iván Luján, acusado como coautor de lesiones graves por el uso de arma de fuego y coautor de disparo de arma de fuego calificada por la condición especial del autor; Enzo Alvarado, por omisión de los deberes de funcionario público y disparo de arma de fuego; José Luis Gómez, como coautor de disparo de arma de fuego en dos hechos, y Ronald Fernández Aliendro, por omisiones de deberes de funcionario público y disparo de arma de fuego calificada.
Pandemia
La madrugada del domingo 25 de octubre de 2020, Paredes y un grupo de amigos, adolescentes como él, estaban festejando un cumpleaños cuando llegó la Policía y los amenazó con detenerlos por violar la cuarentena. Por ello, fueron a otro lugar, a pocas cuadras, y siguieron la reunión en la vereda, al lado de un dispensario municipal. Al regresar la Policía, comenzó una discusión y los agentes sacaron sus armas y dispararon: Joaquín recibió un balazo por la espalda que lo mató en el acto. Dos hermanos de 14 y 18 años también fueron alcanzados por las balas policiales, pero sobrevivieron.