Fue injustificado el despido del presidente del directorio de una empresa

El tribunal interviniente evaluó las constancias de la causa y concluyó que no fueron claras ni precisas las razones esgrimidas para determinar la desvinculación

Al advertir la imprecisión del acta notarial por la cual se despidió al accionante, ejecutivo de la firma demandada, Polymont Argentina SA, en la cual se hacía referencia a lo dispuesto en una asamblea societaria, de la cual en el pleito se no se hizo ninguna observación respecto del comportamiento del actor y sí se demostró un intrincado conflicto entre miembros del directorio, la Sala 6ª de la Cámara del Trabajo de Córdoba admitió la demanda planteada y ordenó pagarle al demandante la indemnización por despido incausado.

El tribunal integrado por Tomás Sueldo advirtió que el principal aspecto controvertido en el caso era la legitimidad del despido dispuesto por la empleadora, por lo que le correspondía a ésta la demostración de los motivos esgrimidos, siendo este punto lo que realmente debía desentrañarse.

Así, el magistrado valoró que de la simple lectura de las causales esgrimidas por la empresa se advierte un incumplimiento de las pautas que contempla el artículo 243 de la Ley de Contrato de Trabajo (LCT), en cuanto exige la “expresión suficientemente clara de los motivos en que se funda la ruptura del contrato”.

Al respecto, el tribunal precisó que, en la comunicación rupturista, plasmada en la escritura, los miembros titulares de la sociedad anónima accionada se remitieron a las “razones expuestas en el acta de las Asambleas Ordinarias y Extraordinarias del día 25/11/2016 en CABA”.

Sin embargo, el sentenciante observó que, en dichos actos asamblearios, se trataron exclusivamente las cuestiones previstas en el orden del día, tal como se había publicado en el Boletín Oficial, entre las cuales no figuran cuestionamientos a la actuación del actor T., sino que se discutió en una primera instancia la participación en la asamblea de uno de los accionistas, quien no reunía las condiciones previstas en el artículo 238 de la Ley de Sociedades y finalmente se retiró, haciendo reserva de plantear la nulidad.

Libros

Asimismo, la decisión señaló que, en la asamblea extraordinaria, el accionante dejó a disposición cuatro libros de la entidad (libro de asistencia a asamblea número 2, libro de actas de directorio número 4, libro de actas de asamblea número 2 y libro de registro de acciones número), concluyendo el acta labrada por escribano sin que se dejara constancia alguna de irregularidades atribuidas al actor.

En tales condiciones, el juez valoró que la referencia posterior efectuada por los accionistas a “conductas desplegadas en relación a los socios y en particular del codirector, obstruyendo el normal funcionamiento de la empresa, pretendiendo alterar y efectivamente alterando la fecha de la asamblea conforme constancias del libro del directorio y mal informando sobre la marcha de la empresa de manera sesgada y parcializada”, constituyen apreciaciones genéricas respecto de las cuales evidentemente subyace un intrincado conflicto societario que se había desatado por las investigaciones del actor, en su doble rol de empleado jerárquico y presidente del directorio, que involucraban a uno de los accionistas y codirector (P. M. T.).

Sobre éste, se señaló que había sido despedido por el propio actor, por maniobras de desvío de fondos de la empresa y negociaciones con una empresa china (Shangai Highcom M&E Co. Ltd), todo lo cual fue ratificado por la confesional ficta de la accionada y las declaraciones de los testigos.

En definitiva, el magistrado Sueldo sostuvo que las circunstancias invocadas para producir el distracto que habrían generado la supuesta “pérdida de confianza” han quedado huérfanas de sustento probatorio debido a la ausencia de prueba oral a instancias de la parte interesada u otro medio de prueba eficaz a tal efecto por lo que corresponde considerar injustificado el despido dispuesto en autos, lo que vuelve procedentes las indemnizaciones que de él se derivan.