ESCUCHAREn la segunda posición quedó Kun Jiang, un ciudadano chino que abastece de precursores a ese cártel
A raíz de los estragos que está causando en Estados Unidos la denominada “crisis del fentanilo”, la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) de ese país colocó en los primeros lugares de su lista de más buscados a los operadores mexicanos que asisten al cártel de Sinaloa a introducir el potente opiáceo sintético en el país y a los narcos chinos que embarcan la sustancia desde Asia.
A la cabeza figura Óscar Noé Medina González, la mano derecha de Iván Archivaldo Guzmán Salazar, uno de los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Según el Gobierno de Estados Unidos, Medina González tiene entre sus responsabilidades “proteger las rutas de exportación del fentanilo, asesinar a rivales de otras organizaciones, conquistar nuevas plazas para el tráfico y atacar a las fuerzas de seguridad”.
En la segunda posición quedó Kun Jiang, un ciudadano chino que abastece de precursores químicos a ese cártel.
Washington responsabiliza a las dos grandes organizaciones criminales mexicanas, la de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación, de inundar a decenas de comunidades con fentanilo.
Sólo el año pasado, las sobredosis dejaron un saldo de 107 mil personas muertas.
OxyContin
La escalada de uso de analgésicos como el OxyContin, en los años 90, fue la puerta de entrada para miles de personas al fentanilo, una droga sintética 50 veces más poderosa que la morfina y tremendamente adictiva.
El tráfico del medicamento, un producto diseñado en los años 60 que revolucionó la anestesiología, acelera los negocios de los cárteles mexicanos y diezma a los adictos de grandes centros urbanos.
La directora de la DEA, Anne Milgram, advirtió: “El fentanilo es la droga más letal que haya amenazado a nuestra nación. Está en todas partes, en los 50 estados, desde las áreas metropolitanas hasta las rurales, ninguna comunidad está a salvo de este veneno”.
Según estudios de la agencia, solamente dos miligramos pueden ser letales.
Con base en esos datos, lanzó una alerta de seguridad pública sobre la circulación de píldoras con dosis potencialmente mortales.
Para agravar el panorama, recientemente el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC) emitió un informe que alerta sobre el consumo excesivo de xilacina, un sedante para animales que es usado para potenciar el fentanilo.
El comunicado señala que las muertes mensuales por sobredosis aumentaron 276 por ciento en los últimos tres años.
En las redes sociales se reproducen videos de barrios completos de ciudades de EEUU en donde deambulan personas en trance, en pésimo estado de salud física y mental y en situación de calle.
Muchas páginas que producen contenido se refieren a ellas como “zombies”, porque se encorvan y suelen quedarse dormidas de pie cuando consumen.
El fentanilo dificulta mucho la respiración, baja peligrosamente la presión arterial y enlentece el ritmo cardíaco. Además, causa úlceras cutáneas y abscesos.
Las personas que se inyectan mezclas que contienen xilacina son más propensas a desarrollar necrosis, que puede conducir a amputaciones.
Se debe a que la xilacina no responde a la naloxona, el fármaco que permite salvar a individuos que agonizan por sobredosis de fentanilo (y/o heroína).
Catástrofe
En julio pasado, el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, reunió virtualmente a representantes de 84 países -entre ellos, México, principal vía de entrada de la sustancia al territorio estadounidense- para delinear una coalición global y aumentar la cooperación en la lucha contra el fentanilo y otras drogas sintéticas.
“Estados Unidos es como el canario en la mina de carbón: en otras palabras, lo que está pasando aquí con el fentanilo pronto sucederá en el resto del mundo”, dijo Blinken.
Advirtió que, ya saturado el mercado en su país, “las mafias criminales transnacionales” están enfocándose en otros lugares.
“Si no actuamos juntos con feroz urgencia, será una catástrofe”, sumó.
Recordó que las organizaciones criminales que trafican drogas sintéticas son extremadamente hábiles para explotar los eslabones débiles del “sistema global interconectado”.
“Cuando un gobierno restringe agresivamente el precursor químico, los traficantes lo compran en otro lugar. Cuando un país cierra una ruta de tránsito, los traficantes se trasladan rápidamente a otro. Ésta es la definición de un problema que ningún país puede resolver solo”, agregó.
China fue invitada al encuentro, pero no participó.
También en julio, la DEA emitió un reporte sobre las operaciones de los cárteles de Sinaloa y de Jalisco Nueva Generación y aseguró que México produce fentanilo “en masa”.
