En Estados Unidos, los legisladores de Virginia aprobaron abolir la pena de muerte.
Se trata de la jurisdicción que más ejecuciones concretó en la historia del país y del primer estado del sur estadounidense, donde se concentran los territorios partidarios de la pena capital, que la suprime.
Solo resta la firma del gobernador, el demócrata Ralph Northam, para que aquélla deje de regir y Virginia se convierta en el 23º estado en abandonar la práctica.
La mayoría demócrata de ambas cámaras sacó adelante el proyecto de ley basándose en el argumento de que la pena de muerte se aplicó desproporcionadamente a personas de color, con problemas mentales e indigentes.
Los republicanos locales opusieron resistencia al considerar que la medida deja sin reparación a las víctimas y a sus familiares. También alegaron que determinados tipos de delitos son tan terribles que no dejan otra opción que ejecutar a los autores.
Desde que el Tribunal Supremo de EEUU reinstauró la pena capital, en 1976, Virginia ultimó a 113 personas, el segundo número más significativo después de Texas.
La normativa implica la suspensión de las condenas de los dos únicos presos que quedaban en el corredor de la muerte de Virginia, ambos sentenciados en la primera década de este siglo.
Ambos cumplirán cadena perpetua sin posibilidad de obtener la libertad condicional.
“Esta dolorosa historia expone el racismo que fundamenta la pena capital” , escribió en el diarioThe Washington Post el demócrata Tim Kaine, que fue gobernador de Virginia y actualmente representa al Estado en el Senado de Estado Unidos.
“En el siglo XIX, Virginia ejecutó a 513 negros y sólo a 41 blancos”, recordó Kaine en su columna, e indicó que delitos que solo están tipificados como ofensas en caso de que los perpetre un blanco constituyen crímenes punibles si los comete un negro.
En esa línea, Kaine -quien como abogado, antes de dar el salto a la política, representó a varios condenados a muerte- precisó tre 1908 y 1965, 55 personas –todas negras– fueron ajusticiadas por violación o intento de violación.
Según una encuesta de Gallup, 55 por cuenro de los estadounidenses considera que la pena capital es el castigo adecuado para un asesino, el apoyo más bajo de la historia, pese a lo cual el republicano Donald Trump se despidió de la presidencia con un récord de ejecuciones de presos federales.
Cabe recordar que hasta julio pasado no se había ejecutado a ningún interno federal en 17 años, un récord al que puso término el ritmo impreso por la Administración republicana, responsable del mayor número de ejecuciones en cien años, y contrario a la tendencia a la baja apreciable en los Estados.
El presidente electo, Joe Biden, prometió acabar con la aplicación de la pena de muerte
Según el Centro de Información para la Pena de Muerte, Virginia le aplicó la sanción a unas 1.400 personas desde la primera ejecución, en 1608, en sus días como colonia.