Un compañero le arrojó un ladrillo en un ojo. El fallo ponderó que no fue un caso fortuito el hecho que le causó la lesión al menor, y que pudo ser evitado; máxime cuando los encargados de las instituciones educativas conocen el comportamiento de los niños durante los recreos. La indemnización superó 2.100.000 pesos El resto del contenido sólo es accesible para usuarios suscriptos al diario. Si estás suscripto, iniciá sesión con tu usuario/e-mail y tu contraseña.
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