ESCUCHARUna modelo que actuó para Playboy TV en su juventud pretendió que sus videos no fueran informados por Google años después, lo que la Cámara rechazó.
Los camaristas Claudio Ramos Feijoo, Omar Diaz Solimine y Luis Mizrahi, integrantes de la Sala B de la Cámara Civil, revocaron el pasado día 10 la decisión del juez de primera instancia, que admitía la medida precautoria solicitada por la Srta. Del Valle, consistente en la eliminación de un video de contenido sexual que ella protagoniza, aduciendo que vulnera su intimidad e imagen; se ve impedida de retomar su carrera artística; emprender otro tipo de ocupación y afecta su vida de relación.
Al analizar el presupuesto de verosimilitud en el derecho exigido para una medida cautelar, los camaristas sostuvieron que no se distingue el límite entre la actividad laboral y profesional que ha desempeñado la actora y el contenido cuestionado, ya que, de las pruebas aportadas, se advierte que trabajaba profesionalmente como actriz de producciones de género erótico y que ha actuado para la cadena televisiva Playboy TV. Por lo que la accionante ha expuesto en varias ocasiones su intimidad y, además, ha consentido la divulgación de material cuyo tenor resulta al menos similar a los contenidos por ella denunciados, en ejercicio de su actividad profesional; por lo tanto, la situación no puede ser asimilada a la de una persona privada ni a la de una pública que se dedique a otra tarea.
El camino de la acción de amparo no era el más eficiente para el objetivo buscado, siendo posiblemente el ejercicio del Derecho al Olvido más adecuado. Esta opción plantea algunos interrogantes. ¿Se puede pedir que -cumplidos cinco años- se olvide una actividad lícita y lucrativa que se desarrolló voluntaria y conscientemente? Porque la Srta. Del Valle no fue forzada a filmar los programas para Playboy TV, seguramente firmó un contrato y percibió dinero por ello, al ser mayor de edad no se encuadraba en una actividad delictual.
¿Si es posible, cualquier persona puede reclamar que se borre su pasado? El caso ahora analizado por su contenido erótico desafía a la moral, pero si un político exigiera que la ciudadanía olvide que como ministro tomó tal nefasta decisión o un empresario pretende se elimine su vinculación a una empresa hoy mal vista o un director de cine se suprima de su trayectoria determinada película que ahora no le es útil a sus nuevos roles, ¿cuál sería el límite del Derecho al Olvido?
* Abogado especializado en nuevas tecnologías / [email protected]
