Un productor norteamericano acusa a la empresa de ser la responsable de haber contraído cáncer. Si la compañía -hoy propiedad de Bayer- es encontrada culpable, será un golpe para la industria de pesticidas
En la justicia norteamericana comenzó un juicio clave contra la empresa Monsanto, en el marco de una demanda que interpuso un productor que se enfermó de cáncer dos años después de utilizar glifosato.
El debate oral se sustancia en el estado de San Francisco, oeste de Estados Unidos, y fue iniciado por Dewayne Johnson, un estadounidense de 46 años que fumigó con el producto Roundup por más de dos años.
Según se informó, los abogados de Johnson aún no han establecido la cantidad que pretenden reclamar, pero hablan de un “juicio multimillonario”.
El proceso se inició oficialmente a mediados de junio pasado con la designación de un juez, pero los debates en profundidad comenzaron ayer después de una serie de audiencias técnicas. Está previsto que el juicio dure al menos tres semanas.
Vendido desde hace más de 40 años, Roundup es uno de los herbicidas más utilizados en el mundo y contiene glifosato, sustancia muy controvertida, objeto de estudios científicos contradictorios sobre su carácter cancerígeno.
Pese a todo, Monsanto -ahora propiedad de Bayer- siempre ha negado cualquier conexión entre el cáncer y el glifosato.
“Legalmente, es extremadamente difícil responsabilizar a una compañía por casos específicos de cáncer u otras enfermedades relacionadas con pesticidas. Pero si el señor Johnson gana este caso, será un gran golpe para toda la industria de pesticidas”, dijo Linda Wells, de la ONG de combate a los pesticidas Pesticide Action Network North America.
Contrariamente a la opinión de Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), el estado California ha puesto el glifosato en la lista de productos cancerígenos; y en su jurisdicción, todo fabricante que tenga conocimiento del carácter cancerígeno constatado o presunto de un producto debe obligatoriamente hacerlo figurar en el envase.
El glifosato también está clasificado como “probablemente cancerígeno” desde 2015 por el Centro Internacional de Investigación del Cáncer, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a diferencia de las posturas de las agencias europeas, la EFSA (seguridad alimentaria) y la ECHA (productos químicos).
El glifosato es particularmente controversial en Europa. Después de la decisión de la Unión Europea, en noviembre pasado, de renovar la licencia del herbicida por cinco años, el gobierno francés se comprometió a dejar de usar esta sustancia para sus principales usos en los siguientes tres años.
El intento fallido por radicarse en Córdoba
En junio de 2012, Monsanto empezó a construir en Córdoba lo que prometió como una de las plantas de acondicionamiento de semillas de maíz transgénicas más grandes del mundo, que crearía empleo para 400 personas.
Lo que parecía una realidad quedó finalmente paralizado luego de cuatro años de protestas, cortes de ruta, acampes y asambleas de los vecinos de la localidad de Malvinas Argentinas.
En septiembre de 2012, la ONG “Club de Derecho” y los vecinos de Malvinas Argentinas interpusieron una acción de amparo ambiental en contra de la Municipalidad. Un grupo de abogados presentó otra denuncia contra los funcionarios que habían autorizado las obras sin los estudios de impacto ambiental requeridos.
Tres años después, el fiscal Anticorrupción Hugo Amayusco imputó a varios ex funcionarios, entre ellos el ex intendente radical Daniel Arzani, sus concejales y al secretario de Ambiente de la Provincia, Luis Bocco, por haber dado autorización para iniciar la construcción de la planta de Monsanto en un terreno no apto para uso industrial.
En enero de 2014, la Sala 2ª de la Cámara del Trabajo ordenó suspender las obras hasta tener el estudio de impacto ambiental y celebrar una audiencia pública. Al mes siguiente, la Secretaría de Ambiente provincial rechazó el estudio de impacto ambiental de Monsanto por grandes carencias técnicas.
Finalmente y luego de tres años de bloqueo del predio, en 2016 Monsanto anunció el desmantelamiento de la estructura de la fábrica.
El glifosato fue inventado por Monsanto y es usado ampliamente en agricultura. Su utilización aumentó hasta 2.000% debido al cultivo de soja, maíz y otros transgénicos tolerantes a este herbicida.
La ola de juicios contra Monsanto sigue creciendo y cada vez emergen más denuncias relativas a que la transnacional tenía conocimiento de los daños del glifosato y los transgénicos.