domingo 22, diciembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

El oficialismo busca activar el debate por la reducción de la jornada laboral

PRÓXIMA SEMANA. La discusión de iniciativas se pondrá en marcha en pocos días.
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En el marco de las propuestas que Unión por la Patria intenta agilizar en la campaña presidencial, Hugo Yasky anunció que se hará la primera reunión en la Comisión de Legislación del Trabajo

Luego de la pandemia, el oficialismo impulsó proyectos para reducir la jornada laboral que quedaron en comisión.

Hay dos iniciativas en el Congreso que apuntan a reducir horas. Las redactaron los diputados del ex Frente de Todos Hugo Yasky y Claudia Ormachea.

En agosto de 2021, Yasky presentó un proyecto para reducir de 48 a 40 horas la semana laboral en todo el país.

Afirmó que el esquema de cuatro días de trabajo se aplicaría “sin bajar salarios” para “distribuir más equitativamente un bien escaso como el empleo”. Sostuvo que Argentina tiene una de las jornadas laborales más extensas, de 48 horas semanales, fijada hace más de un siglo por la OIT.

Alegó además que la reducción implica “un aumento de los beneficios para el sector empleador”.

Yasky aseveró que si su propuesta se convierte en ley habría “una mejora significativa de las condiciones laborales” y que “aumentará la producción por trabajador” y, por consiguiente, de la rentabilidad empresarial.

Su plan contempla que la duración del trabajo no podrá exceder de ocho horas diarias o 40 horas semanales para toda persona ocupada por cuenta ajena en explotaciones públicas o privadas, aunque no persigan fines de lucro.

De aprobarse, se aplicaría a personal del ámbito público y privado y de organizaciones no gubernamentales y fundaciones, pero no en negocios o empresas familiares.

El proyecto de Ormachea es más reciente: data de de marzo de 2022. Establece que la duración del trabajo no podrá exceder de seis horas diarias o 36 semanales “para toda persona ocupada por cuenta ajena en explotaciones públicas o privadas, aunque no persigan fines de lucro”.

Agrega que la “jornada máxima diaria salubre” podrá ser ampliada a siete horas diarias siempre que las tareas se desarrollen exclusivamente entre lunes y viernes.

La norma no comprende a los establecimientos en que trabajen solamente miembros de la familia del jefe, dueño, empresario, gerente o director.

Cuando Yasky promovió su iniciativa y sectores de izquierda pedían esquemas similares durante la campaña electoral de 2021, el por entonces ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, pidió cautela.

Salario
Hace dos años, Kulfas advirtió que en muchos de los países donde se implementó bajó el ingreso y consideró que una medida así en Argentina es “impensable” porque no se tienen “salarios altos” para que “todos trabajen menos”.

“Seguramente muchas empresas pueden absorber ese costo pero también seguramente muchas PyMes no”, sentenció.

También manifestó que en un escenario inflacionario existe el riesgo de que si se reforma la jornada “de golpe”, el mayor costo laboral se traslade a los precios.

En mayo pasado, sectores del oficialismo adelantaron que buscarían activar el debate de las iniciativas, pero no se puso en marcha en ninguna de las dos cámaras del Congreso.

Ahora, en el marco de las propuestas que Unión por la Patria buscan agilizar en plena campaña presidencial, Yasky anunció que la próxima semana se hará la primera reunión por el tema en la Comisión de Legislación del Trabajo.

“Vamos a invitar a representantes no solamente de los sindicatos, sino también de sectores no gubernamentales de Alemania, España y otros países para que nos cuenten cómo redujeron la jornada laboral y los beneficios que aportó”, planteó, y dijo que esperan avanzar con apoyo del Ejecutivo.

Ford
Uno de los pioneros en establecer menos días laborales fijando el sábado y el domingo como jornadas libres fue el fabricante de autos estadounidense Henry Ford, en 1926.

Ford impulsó el sistema porque estaba convencido de que el descanso durante el fin de semana haría más productivos a sus empleados.

También lo propició como una manera de bajar el ausentismo y mejorar la eficiencia.

Poco después, considerando los avances tecnológicos, el economista John Keynes sostuvo que la semana laboral sería de 15 horas.

Casi un siglo más tarde, la predicción de Keynes no se cumplió pero se experimenta con reducciones.

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