A raíz de un caso de mala praxis, el Gobierno porteño y una kinesióloga fueron condenados a pagar $ 45 mil a una paciente que sufrió quemaduras durante una sesión de onda corta. La condena contra la ciudad y la profesional del Hospital Durand fue dictada por la Sala C de la Cámara Nacional en lo Civil.
La paciente sufrió quemaduras en un brazo durante aplicaciones de calor, lo que le generó una disminución del 52% ciento de su capacidad. Los jueces recalcaron que el buen funcionamiento del equipo estaba a cargo de la demandada y acotaron que la obligación de seguridad que -aun en forma tácita- asumió la kinesióloga, quedó insatisfecha.
A su turno, los demandados adujeron que la damnificada realizó movimientos que provocaron el desplazamiento de los electrodos o un desacomodamiento de la felpa aislante, pero el tribunal evaluó que la prestadora de salud no mantuvo un adecuado control durante la sesión, lo que culminó con las quemaduras sufridas por la paciente.