La justicia rechazó otorgarle a Fernando Farré, el hombre que degolló y le asestó 66 puñaladas a su esposa, Claudia Schaefer, la prisión domiciliaria que había solicitado por temor a contraer coronavirus en el penal de Bahía Blanca, en donde está alojado.
La petición que el ex empresario, condenado a prisión perpetua, había formulado por su defensa fue desestimada por el juez Esteban Andrejín, del Tribunal Oral en lo Criminal 2 de San Isidro, Buenos Aires.
En declaraciones a la prensa, Farré criticó al juez. Cuestionó que haya resuelto “en el día” su reclamo y lo acusó de prejuzgar.
“No valora mi vida y su conducta busca mi muerte”, dijo, y adelantó que sus letrados apelarán por “gravedad institucional y por privación ilegal de Justicia”.
El penado alega que integra un grupo de riesgo porque tienen enfermedades preexistentes y que debería ser beneficiado en base a los parámetros que fijó recientemente la Cámara de Casación Penal bonaerense, que requirió “medidas alternativas” al encarcelamiento ante la pandemia.
“Cumplo con las condiciones. Tengo 57 años, hipertensión, hernia de hiato, úlcera sangrante, problemas de depresión profunda con tratamiento psiquiátrico y tuve un ACV. Estuve internado 80 días el año pasado en el hospital de la Unidad 22 de La Plata y cinco días en el hospital Penna de la ciudad de Bahía Blanca”, dijo.
El juez Andrejín consideró que las afecciones que tiene Farré no son las consideradas de riesgo por Casación y que, por lo tanto, su cuadro no alcanza para otorgarle la domiciliaria.
Paralelamente, expuso que en diferentes ámbitos se han adoptado medidas de prevención con el objeto de evitar la propagación del Covid-19 y que lo propio sucede en el ámbito carcelario.
Por ello, le ordenó al Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) que someta a Farré a chequeos médicos y, en caso de aparecer algún riesgo de contagio, sea aislado en la cárcel, el distanciamiento social recomendado, dieta alimentaria, asistencia médica y psicológica-psiquiátrica y efectivo suministro de medicación.
Además del cuadro de salud del interno, el magistrado ponderó que al estar condenado a perpetua persiste el riesgo procesal de fuga y recordó que ya le negó un pedido de morigeración de la prisión preventiva con argumentos similares hace un año.