La Justicia de Estados Unidos le aplicó la pena capital a Lisa Montgomery, de 52 años, quien en 2004 mató a una embarazada y se llevó al bebé que gestaba.
Se trata de la primera ejecución federal de una mujer en casi 70 años.
La medida se concretó en el estado de Indiana, en la penitenciaría Terre Haute.
Montgomery recibió una inyección letal. El Departamento de Justicia emitió un comunicado en el cual precisó que el método fue recomendado por unanimidad por un jurado federal.
Recientemente, la Corte Suprema desestimó los últimos recursos presentados por los abogados de la condenada, con la disidencia de tres de sus nueve integrantes.
A su turno, los defensores de Montgomery alegaron que padecía trastornos mentales graves como consecuencia de las agresiones y violaciones en grupo que sufrió cuando era niña.
Donald Trump, partidario de la pena de muerte, ignoró una petición de clemencia y apoyó que se concretara la ejecución de la mujer.
También plantearon que no comprendía “el sentido de su condena”.
El lunes, un juez federal ordenó suspender la ejecución, pero el Departamento de Justicia apeló, con éxito.
Hace 16 años, Montgomery, madre de cuatro hijos e incapaz de tener un quinto porque se había ligado las trompas, identificó a su víctima, una criadora de perros de 23 años, en Internet.
Por ese medio contactó a la joven, con la excusa de comprarle un perro de raza terrier y acudió a su domicilio, donde la estranguló, le abrió el útero, tomó a la beba que gestaba -que sobrevivió- y la abandonó.
Las ejecuciones en el ámbito federal se reanudaron en julio de 2020, después de 17 años de pausa. Durante ese mes, se concretaron diez sentencias a muerte.
Además de Montgomery, la administración de Trump prevé ejecutar a dos condenados: hoy sería el turno de Corey Johnson y mañana el de Dustin Higgs.
Sin embargo, hay incertidumbre luego de la decisión de un tribunal federal de bloquear sus ejecuciones, ya que ambos contrajeron coronavirus y los jueces podrían determinar que la inyección letal podría causarles un sufrimiento ilegal.
Cabe recordar que como una ejecución requiere que decenas de personas permanezcan en un entorno cerrado, un ambiente propicio para la propagación del virus, varios Estados estadounidenses suspendieron la aplicación de penas capitales durante meses.