Después de sangrientos motines en dos de los mayores centros penitenciarios de Ecuador, que dejaron un saldo de 22 reclusos fallecidos, el presidente Guillermo Lasso declaró el “estado de emergencia” en los penales.
Las revueltas en las cárceles de Guayas, cerca de Guayaquil, y de Sierra Norte, en Cotopaxi -próxima a la ciudad andina de Latacunga (a 108 kilómetros al sur de Quito)- estallaron el miércoles pasado.
Se trata de la segunda ola de violencia en lo que va de 2021 en las sobrepobladas prisiones ecuatorianas, que albergan a unas 38 mil personas.
Cabe recordar que en febrero 79 presos murieron en otros incidentes.
Al anunciar la emergencia, Lasso aseguró que las fuerzas de seguridad recuperaron el control de las dos penitenciarías y sostuvo que la actuación policial fue “contundente”.
Además, le atribuyó la organización de los levantamientos de internos a las “mafias” y dijo que se usará “el poder de la ley para imponer el Estado de derecho y garantizar la ley y los derechos humanos”.
En tanto, informó que destituyó al director del órgano de gestión penitenciaria del país -el Servicio Nacional de Atención a Internos (SNAI)-, Edmundo Moncayo, quien será reemplazado por Fausto Cobo, coronel de reserva y ex diputado.
Lasso precisó que de ahora en adelante serán los militares quienes controlarán el acceso a los penales y que la policía se encargará de la seguridad en su interior.