Denuncia tardía de su robo hace responsable al titular de la tarjeta por consumos de terceros

El tribunal interpretó que el consumidor tiene el deber de custodia sobre el plástico y debe actuar con diligencia ante su pérdida. La demandante denunció el extravío tres días después de ocurrida

Al observar que la accionante se desenvolvió con desatención, no se dio cuenta de que le habían sustraído su tarjeta de crédito, y realizó la denuncia tres días después de ese hecho, lo que excedió el tiempo en el cual el banco demandado se hace a cargo de los consumos de terceros no autorizados, la Cámara 4ª Civil y Comercial de Córdoba admitió la apelación del Banco de Córdoba SA y revocó la resolución que había hecho lugar a la acción y ordenaba la devolución de los montos de las compras realizadas por quien sustrajo el plástico, además de daños y perjuicios.

El tribunal integrado por los vocales Federico Alejandro Ossola y Viviana Siria Yacir analizó si el banco se encontraba o no eximido de responder por los consumos antes referidos y no coincidió con el a quo en cuanto a que “no ha brindado una respuesta completa, clara y veraz” al problema y haya violado el deber de información al que lo obliga la Ley de Defensa del Consumidor (LDC).

Contestación

La cámara entendió que el banco, al rechazar el desconocimiento de las compras efectuado por la actora, respondió que éstas fueron realizadas mediante la tarjeta de crédito que en ese momento “obraba bajo vuestro poder y custodia”, lo que para la alzada supone una clara contestación porque específicamente expresa los motivos de su proceder.

Al respecto, el fallo recordó que la actora desconoció los consumos con fecha 12/8/2022, en tanto la denuncia policial de robo la realizó el 13/8/2022, añadiendo que la sentencia de condena penal a la que hace referencia la a quo, por la cual se acreditó el robo de dicha tarjeta en la fecha indicada por la actora, fue dictada con posterioridad a tal comunicación, por lo que mal puede afirmarse que la respuesta de la demandada se basó “en hechos meramente conjeturales, hipotéticos y falaces”.

En consecuencia, para el tribunal no existió un incumplimiento del deber de informar imputable al banco accionado.

Reglamento

En esa dirección, recordó que el reglamento expresa que, en caso de extravío o robo de los plásticos, el titular deberá realizar en forma inmediata una denuncia telefónica al número informado en la documentación y/o en la folletería que se entrega juntamente con las tarjetas y en los resúmenes de cuenta, la que tendrá carácter precautorio y sin perjuicio de que estará obligado a denunciar en forma fehaciente por escrito, acompañando la denuncia que efectuare ante la autoridad policial o la que resultare competente en razón de lugar. De lo contrario, será responsable de todos los cargos, gastos y/o contrataciones que se efectúen con las tarjetas extraviadas hasta la presentación del aviso fehaciente con copia de la denuncia, no teniendo que responder por los usos que se hagan a partir de la hora cero del día de la denuncia de la sustracción o extravío, pero responderá ilimitadamente por las anteriores.

Según la cámara, estas previsiones obedecen a que del contrato surge que el banco emisor asume un riesgo crediticio que no se encuentra establecido en la Ley de Tarjeta de Crédito, existiendo un “período ventana” por el cual asume los costos y se hace responsable de todas las transacciones efectuadas por quien no es su titular, ya sea porque fue extraviada o fue robada, desde la “hora cero del día de la denuncia”.

Así, apuntó que entre los consumos realizados y el desconocimiento se excedió ese “período ventana”, puesto que, conforme las cláusulas del reglamento, es la propia accionante quien debe responder por ellos, añadiendo que el plástico de la tarjeta es el elemento que habilita la posibilidad de efectuar compras, su custodia es una carga de quien la tiene bajo su guarda o posesión, debe mantener una conducta diligente y si le es sustraída, debe también adoptar una actitud diligente para evitar la comisión de fraudes.

Confesión

El fallo sostuvo que es la propia actora quien confesó haber caído en la cuenta de la sustracción días después de ella y que ello “mal puede trasladarse al ahora demandado” o al comercio donde se efectuaron las transacciones.

Destacó que en el caso de autos, no cabe dudar de que existió desatención por parte de la actora con relación a la custodia de un elemento tan personal y cotidiano como es la billetera. No se trata, como mal lo señala la demandada, que exista la asunción de un riesgo por llevar en la billetera la tarjeta y otros elementos similares, además de dinero.

Asimismo sostuvo el tribunal que lo acontecido fue un hecho, fundamentalmente, inevitable para el demandado y ajeno al riesgo propio de la actividad, agregando que no quedaban dudas de que existe un aporte causal de la víctima del daño que destruye la relación causal.