El fiscal Rívolo consideró que es indudable que el ilícito se consumó en diciembre de 2011, cuando el imputado aceptó viajar en un avión privado hasta Necochea y, luego, en un helicóptero de una empresa contratista de obra pública, a un acto político.
El fiscal Carlos Rívolo solicitó que el exvicepresidente de la Nación, Amado Boudou, sea procesado en una de las causas en su contra, por dádivas, en el marco de la cual fue indagado antes de fin de año.
Ahora, el juez federal Norberto Oyarbide debe decidir si hace lugar al pedido.
Para Rívolo, es indudable que el ilícito se consumó en diciembre de 2011, cuando Boudou aceptó viajar en un avión privado hasta Necochea y, luego, en un helicóptero de una empresa contratista de obra pública, con destino a un acto político, junto al por entonces intendente del lugar, Horacio Tellechea.
En su planteo, el investigador plasmó que la firma Alas del Fin del Mundo no podía, en diciembre de 2011, realizar vuelos rentados porque no tenía los permisos de explotación aérea necesarios para operar. También detalló que el helicóptero -propiedad de la constructora Ecodyma- era un Bell 407 Long Ranger matrícula LV-CIB, y que fue manejado ese día por Marcelo Scaramellini, uno de los dueños de la compañía, que había obtenido contratos de obra pública para el Estado.
En tanto, corroboró que ninguno de los traslados fue abonado y consideró que es “fundamental” en la causa el testimonio que brindó el jefe de la Casa Militar de la Presidencia de la Nación, el teniente coronel Jean Pierre Claisse, quien aseguró que por entonces estaban disponibles dos helicópteros Sicorsky para que Boudou los utilizara para viajar a Necochea.
El exfuncionario, que está en México de vacaciones, regresa al país el viernes.