Con el número justo de votos que exige la Constitución, el Senado aprobó anoche y giró a la Cámara de Diputados el proyecto de ley de reforma del Consejo de la Magistratura de la Nación.
La iniciativa fue aprobada por una estricta mayoría absoluta de 37 votos gracias a que los provinciales Alberto Weretilneck (Juntos Somos Río Negro) y Magdalena Solari Quintana (Frente Renovador de Misiones), habituales aliados del oficialismo, sumaron su apoyo a los 35 integrantes del Frente de Todos.
El proyecto fue rechazado por 33 senadores, casi todos de Juntos por el Cambio. También votó en contra la esposa del gobernador Juan Schiaretti, Alejandra Vigo (Córdoba Federal).
El debate giró en torno a la presencia o no del presidente de la Corte Suprema en el Consejo de la Magistratura.
Los jefes de la bancada de senadores de Juntos por el Cambio se quejaron de que el principal bloque de la oposición no fue consultado para introducirle cambios a la iniciativa .
“Esta discusión es parte del fracaso de la política”, destacó el formoseño Luis Naidenoff, jefe del bloque radical.
Al cerrar la discusión del proyecto durante la sesión especial que se llevó a cabo hoy en la Cámara alta, el senador agregó que “la discusión es cómo se planta la política ante la Justicia”.
Naidenoff mencionó que el Frente de Todos “considera que la política tiene que tener el control de todo” y exclamó: “nunca nos llamaron para concertar este tema”.
“No aprendieron nada. Lo que se pretende desde el Consejo es un brazo ejecutor del pensamiento político. Estamos frente a otro fracaso del Senado porque sabemos que en Diputados este proyecto va a ser reformado”, pronosticó.
El legislador opositor reflexionó que “esta es una oportunidad que se desperdició” y señaló que “nadie convocó a Juntos por el Cambio porque es más fácil embestir”.
Por su parte, el titular del interbloque, el mendocino Alfredo Cornejo, subrayó que “el Poder Judicial está sumamente desprestigiado en un contexto de enorme dificultad económica”.
“Se habla de la Corte, pero los delitos comunes y los complejos no los define la Corte. Apalancarse en el desprestigio judicial para cuestionar a la Corte no apunta a modificar la situación de la justicia”, comentó.
Finalmente, Cornejo enfatizó que “el desprestigio se debe resolver desde la política” y remarcó: “No intentaron nunca, quienes tienen la mayoría, buscar un acuerdo”.