La Cámara Federal de Apelaciones de Tucumán confirmó el procesamiento de un cajero de banco que habría recibido dinero de un cliente y no lo habría ingresado a la contabilidad ni declarado el “fallo de caja”.
Sin embargo, el tribunal modificó la calificación, al entender que el encausado no cometió estafa sino administración fraudulenta.
“En el caso, el cajero, en desarrollo de su función en un banco, habría recibido dinero para el pago de boletas de clientes de la entidad -en dos oportunidades distintas- y no habría ingresado el monto a la contabilidad ni habría declarado al finalizar la jornada el correspondiente ‘fallo de caja’, generando un perjuicio patrimonial para la entidad bancaria, lo cual implica un accionar delictivo que necesariamente tuvo lugar en orden al vínculo previo a través del cual el sujeto activo tenía asignado el cuidado de un patrimonio ajeno”, precisó la alzada.