Confirman exclusión de cobertura del seguro para quien conducía en estado de embriaguez

Al entender que la cámara fundó debidamente las razones que la llevaron a decidir por mayoría la exclusión de cobertura del seguro del demandado, con fundamento en la causal objetiva de embriaguez, según relevaron los informes técnicos presentados, y conforme a la cláusula contractual de la póliza del asegurado -la cual, a su vez, no se consideró abusiva-, la Sala Civil del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Córdoba rechazó la casación presentada por ambas partes.

Al analizar la cuestión, el Alto Cuerpo -integrado por Marta Cáceres (autora del voto), Domingo Juan Sesin y Mercedes Blanc de Arabel- observó que la materia traída a consideración se vinculaba “única y exclusivamente” con la procedencia de la defensa exclusión de cobertura opuesta por la aseguradora citada en garantía, fundada en el estado de ebriedad en que se encontraba el asegurado al momento del siniestro.

El fallo destacó que, según entendían ambos recurrentes, “ el tribunal de mérito no brindó razones que justifiquen considerar que basta acreditar la ingesta de alcohol por encima de los límites legales a partir de los cuales está prohibido conducir, sin que se requiera prueba adicional acerca de sufectiva incidencia en la conducta del asegurado al momento en que ocurrió el siniestro de que se trata ”.

Por ello, el TSJ precisó que “ el núcleo central de las impugnaciones extraordinarias sometidas a juzgamiento en esta ocasión (tal que la alzada no habría brindado razones que justifiquen interpretar a la mentada cláusula del contrato de seguro como una causal de exclusión de carácter objetivo) no resiste -en rigor de verdad- su simple cotejo con los términos que informa la resolución objetada ”.

Para la vocal Cáceres, la cámara por mayoría sostuvo que “ el inc. a del art. 48 de la Ley nacional N° 24449, indica que está prohibido conducir cualquier tipo de vehículos con una alcoholemia superior a 500 miligramos por litro de sangre, derivando que resulta suficiente comprobar el porcentaje de alcohol en sangre para determinar que alguien maneja en estado de ebriedad por lo cual había entendido que la cláusula de la aseguradora que deja sin cobertura, la conducción en estado de ebriedad deviene legal, no resulta abusiva ni contraria a la buena fe ”.

Interpretación

En esa dirección, la suprema agregó que “ el a quo indicó que su interpretación debe ser acorde al espíritu de la norma, o sea, entenderse que cuando el grado de alcohol ingerido se encuentre por encima de los límites permitidos se considera que produce alteraciones o trastornos de la coordinación motora, sin requerimiento de prueba adicional ”.

Paralelamente, la decisión apuntó que “ las consideraciones jurisdiccionales de que se trata dan acabada cuenta que, por un lado, el tribunal de mérito juzgó que se trataba de una causal objetiva de exclusión, porque indicaba desde la fase inicial de contratación de un modo descriptivo un riesgo no cubierto, colocándolo fuera del contrato ”.

Para eso, se entendió que está la ley, que es imparcial, “ prohíbe conducir con más de 0,5 gr. de alcohol por litro de sangre y el demandado A., objetivamente, duplicaba con creces dicho valor ”.

Asimismo, a los efectos de destacar la prueba producida en orden a concluir que el conductor del vehículo asegurado se encontraba en estado de ebriedad a tenor de lo prescripto en el artículo 48 de la Ley 24449, el TSJ recordó que “ la alzada hizo hincapié fundamentalmente en que el Gabinete de Química Legal de la Unidad Departamental de Río Cuarto informó que este presentaba 103,5 mg de concentración de alcohol en sangre (primer grado de intoxicación alcohólica), el cual debió incluso ser significativamente mayor al momento del choque ”.

Acta

En este escenario, el alto cuerpo añadió que del acta de constatación policial y la posterior declaración del agente interviniente, surgía que, al acercarse al conductor en cuestión, “ éste presentaba olor a alcohol y debajo de los pedales de dicho rodado había un envase de cerveza sin que hubiere líquido derramado, por lo que -desde su óptica- no cabe sino concluir que la bebió mientras manejaba ”.

De ello se infirió que tales “ consideraciones jurisdiccionales de hecho no fueron objeto de cuestionamiento específico ante esta sede extraordinaria, razón por la cual conservan intacta su vigencia ”.