ESCUCHARTres de los ocho acusados de estafas inmobiliarias a través de una presunta asociación ilícita relacionada con la empresa Ribeiro Construcciones, admitieron los cargos y fueron condenados en un juicio abreviado inicial
El juez de Control N° 7, José Milton Peralta, condenó a Tomás Gabriel Ribeiro, a cuatro años de prisión; a la esposa de éste, Natalia Meossi (40), a tres años y cuatro meses; y al contador de la empresa, Guillermo Adrián Taverna (42), a tres años y dos meses de prisión.
Los tres admitieron ser integrantes de la asociación ilícita y haber sido partícipes de decenas de estafas a personas que adquirieron departamentos en pozo a fideicomisos relacionados con la firma. Se estima que las estafas ascendieron a los US$8 millones.
La investigación de la causa abarca las maniobras que se cometieron entre 2009 y 2018. La causa fue elevada a juicio en octubre del año pasado pero sendos recursos de apelación presentados por la defensa de los acusados impidieron que se sustancie el juicio oral.
El pedido de un juicio abreviado inicial, con tres de los acusados, fue en un primer momento rechazado por el juez de Control, Milton Peralta, quien valoró -entre otros aspectos- que los procesos abreviados están previstos para sólo casos de flagrancia o de escasa complejidad.
La resolución -que fue apelada por el fiscal de Instrucción del Distrito I Turno 1°, Enrique Gavier, y el defensor del imputado, Guillermo Adrián Taberna- llegó hasta la Cámara de Acusación, que acogió los argumentos expuestos en el recurso directo.
El proceso continuará su curso contra otros cinco acusados que se opusieron oportunamente a la elevación a juicio. Jorge Ribeiro -hoy detenido en la cárcel de Bouwer- es considerado el ideólogo y jefe de la organización. Habría asumido el papel de fiduciario de los fideicomisos constituidos para vender edificios. Junto a él se encuentra detenido Carlos Castro, quien se desempeñaba como gerente financiero de la empresa.
Con distintas responsabilidades y roles, al grupo se le atribuye la participación en al menos 36 estafas producidas por fideicomisos creados para construir unidades habitacionales que nunca llegaron a término. Esos departamentos que no fueron entregados en algunas ocasiones fueron sobrevendidos a diferentes compradores.
