El juez Sebastián Casanello también dictó un embargo de 400 millones de pesos contra Daniel Cameron y otros ex funcionarios, empresarios y financistas. Aplican por priera vez el concepto de “cosa juzgada írrita”
En el primer caso reabierto por el concepto de “cosa juzgada írrita”, el juez federal Sebastián Casanello procesó este miércoles al ex secretario de Energía, Daniel Camerón por fraude al estado y cohecho pasivo y lo embargó en 400 millones de pesos, entre otros imputados. El caso Skanska consistió en la entrega de obras por ampliar el gasoducto del norte por 200 millones de dólares a cambio de sobornos por unos 14 millones de pesos del 2005.
Se llama cosa juzgada irrita o fraudulenta la resulta de un juicio en el que no se han respetado las reglas del debido proceso o cuando los jueces o obraron con independencia e imparcialidad.
El caso Skanska fue la primera causa de corrupción abierta en 2005 contra el gobierno de Néstor Kirchner pero en un polémico fallo fue sobreseída en el 2011 por la sala I de la Cámara Federal porteña y luego de una serie de apelaciones del fiscal Carlos Stornelli, la Corte la reabrió.
En este nueva etapa ya fueron procesados y enviados a juicio oral el ex ministro de Planificación Julio De Vido y su secretario de Obras Públicas José López junto a otros 29 imputados.
Ahora Casanello, a pedido de Stornelli, resolvió ahora la situación procesal de otros ex funcionarios, empresarios y financistas.
Casanello también proceso al ex titular del Enargas, Fulvio Madaro, por los mismos delitos y con el mismo embargo. La misma medida tomó contra Hugo Daniel Muñoz de Nación Fideicomisos por fraude al Estado y con un embargo de 286 millones de pesos.
Es una política de Casanello fijar embargos altos porque le importan siempre tratar de recuperar lo que se le robó al Estado con estas maniobras que incluyen sobreprecios para pagar las coimas.
En la resolución hay otros siete funcionarios, empresarios y financistas procesados por roles menores en la maniobra y más de 30 sobreseídos porque, fundamentalmente, Skanska aceptó pagar la deuda impositiva que se le reclamaba en forma completa.
En un detallado fallo de 135 páginas, Casanello sostuvo que “de acuerdo con el egreso que se acreditó de la firma Skanska, los sobornos habrían rondado los 14 millones de pesos ($14.000.000)”. Para encubrir las coimas, Skanska hizo pagos por gastos ficticios a empresas fantasma de ese monto en total.