El juez de Ejecución Penal de Río Cuarto, Gustavo Echenique, fue denunciado por incumplimiento de los deberes de funcionario público por Rosa Sabena, la madre del joven riocuartense que fue secuestrado hace 13 años, cuyos restos nunca fueron hallados.
La denuncia fue remitida al Tribunal Superior de Justicia de Córdoba, a la Fiscalía General de la Provincia y la fiscalía de turno en los tribunales de Río Cuarto. Sabena entiende que el magistrado no actuó con rigurosidad al otorgarle la prisión domiciliaria a José “Pepe” Vargas Miserendino, condenado hasta 2026 por la desaparición de su hijo Nicolás.
“Comencé a averiguar el fin de semana quiénes eran los garantes de la prisión domiciliaria de Vargas Parra y entonces me entero de que esa persona no vive en el domicilio registrado”, comentó Sabena al diario Puntal y agregó, con preocupación: “Estaba otorgada la prisión domiciliaria y Vargas Parra podría haber salido de la cárcel. ¿Adónde hubiera ido? Entiendo que el juez no tomó las previsiones del caso para corroborar a los garantes de la prisión domiciliaria. A eso refiere mi denuncia”, detalló.
A raíz de la denuncia, el Poder Judicial de Córdoba aclaró que la prisión domiciliaria todavía no se cumplió, puesto que la persona responsable del penado está realizando refacciones en el domicilio establecido por el tribunal para que Vargas Miserendino continúe el cumplimiento de la pena impuesta por la Cámara Criminal y Correccional de 2ª Nominación de Río Cuarto.
En 2014, la Justicia de Río Cuarto condenó a los integrantes de la familia Vargas Miserendino por el secuestro de Nicolás Sabena, de 21 años. Se concluyó que ”cooptaron a Nicolás con la intención de iniciarlo en el consumo y tráfico de drogas y urdieron un plan para ocultarlo y que no vuelva a saberse nada de él”.
Se presume que fue asesinado, pero nunca hallaron sus restos.
José Vargas Parra fue condenado a 17 años; su hijo, “Yaca”, a 18 años, y su hija Lucía a 16.