Usuarios de Apple iniciaron una acción judicial de clase reclamando por el borrado intencional de canciones del iPod que no fueron compradas a través de iTunes Music Store, sin su consentimiento.
El miércoles pasado, durante una de las audiencias por denuncias monopólicas, los abogados aprovecharon para reclamar a la empresa estadounidense haber eliminado, entre los años 2007 y 2009, canciones de los iPod de los usuarios sin su conocimiento por no estar compradas a través de su canal de venta, la iTunes Music Store.
Originalmente la música comprada en iTunes sólo se podía escuchar en sus terminales, como el iPod, y no en otros reproductores de la competencia. Bajo la misma filosofía, la comprada en otros servicios de comercialización de música no podía reproducirse en los de Apple, hasta que en el año 2009 se eliminaron esas restricciones.
Al sincronizar las canciones del iPod con la biblioteca de iTunes, el software detectaba la existencia de música ajena y entonces le requería al usuario que actualizara la versión del sistema operativo, y con la nueva versión la música de terceros quedaba eliminada. Apple sostuvo que eran medidas de seguridad instaladas para proteger a sus usuarios.
Por estos mecanismos ocultos, los usuarios están reclamando una indemnización cercana a los mil millones de dólares en concepto de daños, fundados principalmente en la ley de defensa de la competencia.
Si fuera una cuestión de repuestos, es decir para arreglar el iPod sólo puede usar originales, porque no existen alternativos, quizás sería entendible. Pero aquí se mezclan dos negocios de Apple: uno es la fabricación y venta de productos (iPod) y el otro es la venta de obras intelectuales, como la música y las películas. Al vincular obligatoriamente uno con el otro, estoy bloqueando a la competencia y aun cuando quiera favorecer en calidad de producto a su cliente, no es la empresa la que debe forzar esa decisión de calidad: es el consumidor quien debe optar por calidad o precio.
El punto crítico de la maniobra de Apple es la falta de información al consumidor sumada a la imposibilidad de retrotraer lo realizado, aun cuando hubiese descubierto el ardid.
Se fideliza a los consumidores fabricando productos o brindando servicios de excelencia, a su vez informando y alertándoles sobre los procesos implementados, pero principalmente brindándoles la total libertad de migrar a la competencia.
* Abogado especializado en nuevas tecnologías / [email protected]