Israel lanzó una nueva oleada de ataques aéreos en Líbano, cuyos objetivos fueron lanzacohetes de Hezbolá.
El portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), Daniel Hagari, precisó que docenas de aviones bombardearon instalaciones terroristas “para eliminar la amenaza para los civiles israelíes”.
Hagari anunció nuevas restricciones en el norte de Israel a medida que se intensifican los combates en la región, y les pidió a los habitantes que sigan las directrices de las autoridades militares.
Las nuevas medidas incluyen la limitación de reuniones hasta 30 personas en lugares cerrados y a 300 en exteriores. Además, el trabajo solo se permite en espacios protegidos y las actividades educativas se desarrollarán únicamente donde haya espacios seguros disponibles.
Las FDI alertaron que es posible que “en el plazo inmediato” se lancen cohetes y otras amenazas contra Israel.
Por lo pronto, los intercambios transfronterizos se intensifican en medio de crecientes temores de una guerra total tras el ataque aéreo israelí contra posiciones de Hezbollah en Beirut.
Israel confirmó que eliminó a 16 terroristas, incluidos varios comandantes. El grupo terrorista libanés ratificó los decesos. La lista de fallecidos incluye los altos mandos Ibrahim Aqil y Ahmed Wahbi.
Beepers y walkie-talkies
Durante la semana, cientos de beepers y walkie-talkies de miembros del movimiento islamista estallaron en todo Líbano, una embestida sin precedentes que mató a 37 personas y dejó más de 3.500 heridos.
Las explosiones -ocurridas el martes y el miércoles- asestaron un duro golpe a la milicia afín a Irán, que culpó a Israel prometió vengarse.
El martes 17 de septiembre cientos de beepers de miembros de Hezbollah detonaron casi simultáneamente. Luego, el miércoles 18, estallaron walkie-talkies.
Una de las explicaciones de la letalidad del ataque es que es inusual que aparatos de comunicación sean utilizados como armas. Los expertos estiman que es probable que los explosivos fueran colocados dentro de los dispositivos antes de que fueran entregados a Hezbollah.
El diario estadounidense The New York Times reportó que los bíperes que explotaron fueron encargados a la empresa taiwanesa Gold Apollo. La compañía informó que fueron fabricados por la entidad asociada BAC Consulting KFT en Hungría. Un portavoz del gobierno de Hungría indicó que la empresa era “un intermediario comercial” sin plantas de fabricación en el país.
En tanto, la empresa japonesa Icom afirmó que dejó de producir hace 10 años el modelo de walkie-talkies que estallaron de forma simultánea en Líbano.
Las milicias de Hezbollah estaban preocupadas por la seguridad de sus comunicaciones después de haber perdido a varios altos cuadros por bombardeos israelíes en los últimos meses, y las recientes explosiones sembraron pánico en todo Líbano, no sólo en los bastiones del aliado de la organización terrorista palestina Hamas.