lunes 23, diciembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Un círculo vicioso de hambre y violencia que afecta a millones

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Los conflictos prolongados que afectan 17 países han llevado a millones de personas a una grave situación de inseguridad alimentaria y obstaculizan los esfuerzos mundiales para erradicar la malnutrición, revelan

Más de 56 millones de personas de 17 países que se encuentran en conflictos violentos atraviesan una situación de crisis o emergencia alimentaria, alertaron desde Roma dos agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) difundieron el viernes pasado un comunicado conjunto en el que afirman que esta situación está “dificultando los esfuerzos globales para erradicar la malnutrición” en el mundo.
Las dos agencias, con sede en Roma, aseguraron que más de 56 millones de personas sufren altos niveles de hambre, de acuerdo con la escala integrada que se utiliza para clasificar las fases de la seguridad alimentaria (IPC, por sus siglas en inglés) y otros análisis.
El deterioro de la situación es particularmente preocupante en Yemen, Siria, Sudán del Sur, Burundi y la cuenca del lago Chad, precisó el documento reproducido por la agencia EFE.
Asimismo, el informe destacó que alrededor de la mitad de la población yemení, 14 millones de personas, padecen una crisis o emergencia por el hambre, mientras que en Siria 8,7 millones de personas (37% de la población anterior a la guerra) necesitan con urgencia ayuda alimentaria, lo mismo que 4,8 millones de personas en Sudán del Sur (40% de la población).
La ONU mostró su preocupación por esos dos últimos países debido al deterioro progresivo que han sufrido en 2016, según se han ido prolongando los conflictos, y alertó de que la violencia del grupo yihadista Boko Haram ha triplicado el número de desplazados en los últimos dos años en la región del lago Chad, que abarca Nigeria, Níger, Chad y Camerún, lo que ha elevado el hambre y la malnutrición.

En países que están saliendo de largos períodos de guerra civil, como Colombia, millones de personas siguen sufriendo mucha inseguridad alimentaria.
Otros países donde el conflicto ha afectado de modo significativo la seguridad alimentaria son la República Democrática del Congo, Guinea Bissau, Costa de Marfil, Liberia, Mali, Somalia, Sudán, Irak y Afganistán.
La FAO y el PMA destacaron que el conflicto es una de las principales causas del hambre porque destruye los cultivos, el ganado y la infraestructura agrícola, bloquea los mercados y fuerza los desplazamientos.
Asimismo, daña el capital humano, contribuye al contagio de enfermedades y dificulta el acceso de gobiernos y organizaciones humanitarias a la población afectada, entre otras cosas.
Según las últimas estimaciones, aproximadamente la mitad de los pobres del planeta vive en países caracterizados por el conflicto y la violencia.
Las personas que viven en estos lugares pueden tener hasta tres veces más probabilidades de estar subalimentadas que las que viven en zonas más estables.
Los países en situación de posconflicto, con elevada inseguridad alimentaria, son 40 por ciento más propensos a recaer en un conflicto en un intervalo de tiempo de 10 años si no se combaten los altos niveles de hambre.
En su introducción a los informes, el director General de la FAO, José Graziano da Silva, y la directora Ejecutiva del PMA, Ertharin Cousin, afirman que “los conflictos son una de las principales causas del hambre: cada hambruna en la era moderna se ha caracterizado por un conflicto”, lo que pone de relieve cómo el hambre alimenta la violencia y impulsa una mayor inestabilidad.

Los conflictos -añaden- socavan la seguridad alimentaria de múltiples maneras porque – entre otras- destruyen cultivos, ganado e infraestructuras agrícolas, perturban los mercados, causan desplazamientos, generan miedo e incertidumbre sobre cómo dar respuesta a las necesidades futuras, dañan el capital humano y contribuyen a la propagación de enfermedades. También crean problemas de acceso para los gobiernos y las organizaciones humanitarias, que a menudo tienen dificultades para llegar a los necesitados.
n “Hacer frente al hambre puede ser una contribución importante a la consolidación de la paz”, argumentan, y aseguran que “la Agenda 2030 reconoce la paz como una condición de valor umbral vital para el desarrollo, así como un resultado del desarrollo por derecho propio”
Los informes compartidos el viernes con el Consejo de Seguridad cubren 17 países donde los conflictos han afectado significativamente la seguridad alimentaria: en América Latina y el Caribe, Haití y Colombia; en África, Burundi, República Centroafricana, República Democrática del Congo, Guinea Bissau, Cote d’Ivoire, Liberia, Mali, Somalia, Sudán del Sur y Sudán; en Oriente Medio, Líbano, Irak, Siria y Yemen; y en Asia, Afganistán.
También se presentó un informe adicional sobre la crisis en la región del lago Chad, que afecta a Nigeria, Níger, Chad y Camerún. Allí, la violencia asociada a Boko Haram ha hecho que el número de personas desplazadas se triplique en los últimos dos años, con el aumento de los niveles de hambre y malnutrición.
El Consejo de Seguridad recibirá de la FAO y el PMA actualizaciones periódicas sobre la situación de seguridad alimentaria en los países afectados por conflictos.

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