Superó 54% de los votos y alcanzó una diferencia de más de 35 puntos sobre el segundo. La división de Cambiemos fue clave pero también se infiere que muchos votos del kirchnerismo lo apoyaron. En los festejos, el mandatario insistió en no proyectar los resultados a la Nación. Ponderó el primer triunfo de un “peronista” en la ciudad desde 1973. Aunque sin mencionarlo, fustigó a Macri por su intento de usufructuar la grieta. “No habrá república sin peronismo ni peronismo sin republicanismo”, dijo
El gobernador Juan Schiaretti logró ayer un contundente aval político al obtener 54,5% de los votos y resultar así reelecto para un nuevo período. De esta manera, la coalición gobernante, ahora bajo el nombre de Hacemos por Córdoba, habrá gestionado la Provincia por 24 años consecutivos.
En tanto, Martín Llaryora, también en representación de Hacemos por Córdoba, será el futuro intendente. De hecho, será el primer peronista en gobernar la ciudad desde 1973, según se encargó de remarcar Schiaretti.
Por lo demás, aunque con números dispares por departamento, Hacemos por Córdoba se aseguró una vez mayoría propia en la Unicameral y también en el Tribunal de Cuentas.
En un bunker desbordado por militantes y dirigentes, Schiaretti cerró la lista de oradores, recordando la diferencia histórica obtenida con el triunfo que, sin embargo, “ni por asomo nos hará caer en arbitrariedades ni en suponer que tenemos la suma del poder público”.
Por el contrario, insistió en que la victoria “nos impulsa a ser como siempre fuimos, buscar los consensos”.
En ese marco, Schiaretti dijo pertenecer a una coalición “plural y progresista” que cuida a Córdoba y a los cordobeses y que pertenece al “peronismo federal, democrático y republicano”.
La alusión vino acompañada de un claro mensaje con impacto nacional.
“Estamos convencidos de que no habrá República sin peronismo y de que no habrá peronismo sin republicanismo”, señaló, reivindicando así su pertenencia a un espacio político que tiene como referentes a Roberto Lavagna, Sergio Massa, Juan Manuel Urtubey y Miguel Pichetto, entre otros.
Luego de recordar a José Manuel de la Sota, Schiaretti enumeró una serie de fundamentos que, destacó, mostró su gestión y que son claves para sostener en adelante.
Puso énfasis en la necesidad de sostener el equilibrio fiscal, recordó que los créditos que gestionó la Provincia siempre fueron a obra pública y su Gobierno siempre honró las deudas. “Nunca defaulteamos”, alertó, aun cuando Argentina dejó de pagar.
“Somos un Estado que impulsa al sector privado pero también un Estado fuerte que garantiza la justicia social”, señaló para recordar luego que el derrame del mercado no llega a sectores a los que sí alcanza el Gobierno provincial por medio de sus diferentes programas.
Sin proyección nacional
En otro orden, Schiaretti insistió en que es un error pretender proyectar el resultado de Córdoba al resto del país.
“Los de afuera son de palo”, repitió una vez más, para luego disparar de manera indirecta contra el Gobierno nacional.
“Los cordobeses queremos la moderación, no queremos la grieta que algunos piensan les puede servir para ganar una elección. Hoy quedó demostrado que no es así”, dijo en una evidente alusión a la estrategia de Macri respecto a Cristina Fernández pero también a la llegada de dirigentes de Cambiemos para apoyar la candidatura de Mario Negri.
El gobernador terminó aludiendo a la importancia de cada uno de los sectores de la economía provincial, entre ellos el campo, los industriales, los trabajadores y los estudiantes para cerrar con un fuerte mensaje por la igualdad de género.
Como en todos sus discursos, reivindicó a los “30 mil compañeros desaparecidos durante la última dictadura genocida”.
Previamente, había agradecido el apoyo de todos, y felicitado a su compañero de fórmula, Manuel Calvo.
Finalmente, recordó dos difundidas frases de los ex gobernadores Eduardo Angelóz y José Manuel de la Sota.
“Córdoba no es una isla y no es el cordobesismo, Córdoba es parte del interior profundo, de la Argentina federal que quiere iguadad de oportunidades”, cerró.
Quedará para el analisis posterior si parte del enorme caudal de votos que obtuvo Schiaretti fue producto del apoyo del kirchnerimos, que no presentó candidato pero que en las elecciones de 2015 había logrado más de 17% de los votos con la fórmula encabezada por Eduardo Accastello.
Negri y Mestre, críticas y autocríticos
“Las derrotas se asumen. Saludamos a quienes ganaron y respetamos la decisión de los cordobeses”, dijo por su parte Mario Negri, el candidato de Córdoba Cambia.
“No renegamos de lo que hicimos. Hay gente que ha coincidido con nosotros en el interior de la Provincia y en la Capital. Pero personalmente no tengo nada que festejar. Asumo la responsabilidad. Agradezco a la inmensa cantidad de jóvenes que se sumaron a una batalla muy desproporcionada. Reconocemos errores, pero también nuestros aciertos. Las cosas se dan así y no se acaba el mundo. No pensamos renunciar a nuestro pensamiento”, señaló.
Por su parte, Ramón Mestre, postulante por la UCR, reconoció la “gran elección” de Schiaretti y Llaryora y admitió errores.
“Desde Córdoba, desde la UCR, nosotros intentamos dialogando, intentamos, a través de lo que en democracia es la herramienta para seleccionar los candidatos, la democracia interna. Pero como ustedes saben, no nos dejaron llevar adelante nuestras acciones”, dijo.
“Me hago cargo. Me hago cargo acá, en mi provincia, en mi ciudad, de todo lo que ha pasado, de lo que no supimos consensuar. Y ¿saben qué? También me hago cargo y pido disculpas”, remarcó Mestre.
La agenda de Schiaretti
El contundente triunfo del gobernador Schiaretti, si bien lo catapulta como un actor clave en el armado político del peronismo con vistas a las PASO de agosto y las generales de octubre, en nada cambia los desafíos locales por delante, particularmente en el plano económico.
El Gobierno de Córdoba dependerá en buena medida de la evolución de la macroeconomía y de la pericia del presidente Mauricio Macri para timonear una crisis que aún no parece tener un final a la vista.
En ese marco, el análisis pasa hoy no tanto por los cuatro años por delante sino por cómo afrontar los meses futuros incluso hasta renovar su cargo el 10 de diciembre próximo.
Los últimos números disponibles a enero pasado marcan un alarmante deterioro del ahorro corriente, puntal de la gestión de Schiaretti.
Parece ineludible entonces que desde hoy, el gobernador apunte a desacelerar el gasto en obra que hasta enero crecía a 56,2 por ciento interanual, toda vez que el gasto en Personal es inelástico a la baja.
Es que no hay mucho margen para la suba de ingresos. Más aún con un Consenso Fiscal firmado con la Nación que apunta a un sendero de reducción de impuestos de manera anual.
Por contrapartida, la deuda seguirá en ascenso y será otro frente a atender aunque en este caso no con consecuencias inmediatas pero sí en el mandato que Schiaretti comenzará el 10 de diciembre próximo. El tema EPEC y la situación de la Caja de Jubilaciones serán otros frentes que exigirán decisiones por parte del mandatario.
El triunfo de Llaryora
VAMOS A TRABAJAR PARA RECUPERAR LA CIUDAD Y TRABAJAR EN CONJUNTO CON LA PROVINCIAEl intendente electo de la ciudad de Córdoba, Martín Llaryora, se manifestó exultante por la victoria que puso fin a una “sequía” de más de cuatro décadas del peronismo en la capital.
“Es un gran triunfo, felicitaciones a todos. Vamos a trabajar con todo para recuperar a la ciudad. Con diálogo, con consenso y con acuerdos”, señaló al tiempo que felicitó a su compañero de fórmula, Daniel Passerini, y también a “una gran amiga, que es la responsable para que miles y miles de niños tengan mejor salud. Es una amiga que empujó para que esto sea realidad”, dijo con relación a Alejandra Vigo.
“Fue una campaña con mucho trabajo. Gracias a todos los que nos abrieron las puertas. Veía y notaba que la gente no quiere más agresiones, quiere propuestas, quiere que le resuelvan problemas para poder vivir mejor. Ahí estuvo el éxito de esta campaña. Este triunfo es histórico. Hablo del triunfo de mi gran amigo, el próximo gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti”, prosiguió.
Luego invitó “a todos los cordobeses y todas las instituciones para que, desde diciembre, en equipo, podamos construir una Córdoba mejor”.
Al igual que Schiaretti, Llaryora deberá afrontar múltiples desafíos.
Mestre asegura dejar un municipio con las cuentas saneadas. En 2018, la comuna obtuvo un superávit financiero de 261,08 millones de pesos y un resultado final de 67,43 millones de pesos. Pero este año la situación sería diferente. El gasto salarial es clave y ajusta por cláusula gatillo.
En cuanto a la deuda, hay pendiente de pago de un bono de 150 millones de dólares pero que recién vence en 2024.
Los otros temas claves para el futuro intendente serán la prestación de servicios básicos como el transporte, la recolección de residuos, el bacheo y el alumbrado público, entre otros.
En el caso del transporte, habrá que analizar qué postura toma Llaryora con relación a las tarifas. Es muy probable que Mestre busque estirar los aumentos de tarifas y que sea el futuro jefe comunal el que deba asumir y tomar una decisión al respecto. La apuesta fuerte de Llaryora es el ferrourbano que anunció junto al gobernador Schiaretti. Un servicio multimodal de transporte es clave para una ciudad con un ejido urbano como el de Córdoba. También tendrá que resolver las pujas entre taxis y remises con servicios nuevos como Uber.