lunes 4, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Proyectos de iluminación: un resplandor en la arquitectura

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La iluminación fue adquiriendo con el tiempo una relevancia indiscutible, convirtiéndose en parte esencial del resultado final de una obra. Así surgieron los desarrollos de proyectos integrados que conciben el arte de dar luz en el marco del diseño, el confort, la estética, el consumo y la funcionalidad desde una óptica profesional y estudiada al más mínimo detalle.

Por Carolina Brenner – [email protected]

La integración de la luz a los espacios desde una perspectiva profesional garantiza armonía en la geografía de los ambientes, confort y mayor efectividad energética, entre un sinfín de ventajas.

A lo largo del trayecto -que fue transitando la importancia de la iluminación tanto en las viviendas particulares, como en edificios, museos y obras públicas- las tecnologías, el asesoramiento y la concepción de este servicio evolucionaron a la par de las tendencias, demandas e inversiones.

En un pasado no tan lejano, la propuesta comercial en este rubro se reducía a las casas de venta de artículos y/o artefactos de iluminación, la demanda de los clientes se concentraba en la simple exigencia de una fuente de luz para ver y las construcciones contaban con una sola boca en cada ambiente para instalar allí el plafón clásico como única alternativa pensada para combatir la oscuridad.

En la actualidad, la iluminación en el mercado de la construcción tiene tal relevancia como la ingeniería misma de una obra, promoviendo empresas dedicadas exclusivamente a desarrollar “Proyectos de iluminación”, es decir trabajos basados en la interpretación de la arquitectura de la luz desde la forma, el color y la textura, para que adquiera significado en su interior y en relación al entorno.

En este segmento, equipos de trabajo interdisciplinarios conformados por arquitectos, diseñadores, ingenieros en electrónica y electricidad, y colaboradores en distintas especialidades se abocan a desarrollar estrategias para identificar el rol más apropiado que debe tener la iluminación natural y artificial en la arquitectura, logrando nuevos paradigmas tanto en interiores como exteriores.

La cima de la profesionalización en la materia derivó en el título de lighting designer, o diseñador de luz, muy de moda en Europa y Estados Unidos y en vías de auge en Latinoamérica y nuestro país. Se trata de un especialista en procesos dinámicos que integran diseños de iluminación con ideas de diseño arquitectónico, industrial y gráfico y permiten crear edificios con ingenierías que respondan con criterio y armonía al concepto original de la construcción.

Los eruditos en el sector disponen de herramientas de representación como croquis, maquetas reales y/o electrónicas en diversos soportes (bidimensional o tridimensional), destinadas a comunicar las intenciones de diseño y donde se reflejan las nuevas técnicas de iluminación, el uso apropiado de la tecnología, y los cambios propuestos en los mensajes que debe comunicar el espacio.

También aportan a la obra, memorias técnicas, planos de arquitectura y de detalles constructivos, planillas técnicas y manuales de instalación para poder integrar armónicamente la generación de luz a las otras ingenierías y diseños.

“Al momento de encarar un proyecto de iluminación se priorizan tres cuestiones fundamentales: lo funcional, es decir el hallazgo de las herramientas y productos adecuados para lograr la mejor adaptación; el consumo energético y su mayor optimización; y por último y no por ello lo menos importante, la estética fundada en determinados patrones que hacen al equilibrio con el entorno”, comentó al Inversor y la Construcción Sebastián Maestre, gerente comercial de Maestre Iluminación, una de las contadas empresas del país enfocadas en el desarrollo de proyectos de iluminación.

“Entre los principales errores que se cometen a la hora de implementar sistemas de luz, se destaca la falta de coordinación entre arquitectura e iluminación, un quiebre en los patrones de una obra como por ejemplo no respetar las equidistancias entre diferentes elementos, como así también, no prestar atención al tema sobre consumo”, agregó el directivo.

Presupuesto
En cuanto a precios, el porcentaje de asignación a la iluminación varía de entre 3% y 4% del presupuesto total de una obra. Si contempla sistema de control (una computadora que domina las luces) se habla de entre 5% y 6%, aunque esta última tecnología se limita a viviendas de alta gama que superan 600 ó 700 metros cuadrados.

“El presupuesto que se define para implementar un proyecto de iluminación tiene que ver, en primer lugar, con la cantidad de metros cuadrados, y, en segundo plano, con el grado de detalle. Hay clientes que solicitan iluminación más sistema de control y eso lo encarece notablemente”, remarcó Maestre.

A modo de ejemplo, por estos días para una casa de unos doscientos metros cuadrados se destinarían aproximadamente 25.000 pesos, monto base que según la calidad y cantidad de elementos puede ascender hasta un millón de pesos.

Respecto del lugar que ocupa la provincia en cuanto a desarrollos en proyectos de iluminación, Maestre opinó que “Córdoba no tiene un mercado de calidad ya que todo se rige por el precio. En muchos lugares del mundo a la calidad se le da mayor importancia, en cambio acá los proyectos son pensados para un corto plazo. Por otro lado, los representantes del sector no están preparados para ofrecer calidad porque tampoco la consumen, entonces se autosabotean antes de proponerle al cliente y terminan promocionando productos descartables”.

Luces y led
Las nuevas tecnologías en materia de iluminación vienen de la mano del desarrollo de led, tanto en lo vinculado con las lámparas decorativas como los denominados productos de obra. Un led es una fuente de luz, un tipo de lámpara que no sólo se utiliza en la industria de la construcción sino también ha proliferado su uso en televisión (desplazando al plasma y luego a los LCD) , celulares y tabletas, entre otros rurbros.

Específicamente en lo referente a iluminación, el led viene ganando todas las batallas. En la actualidad, el ciento por ciento de los fabricantes del mundo entero registran los mayores grados históricos en inversión y desarrollo de esta tecnología.

Entre las ventajas que ofrece la migración al led se remarca, en primer término, el aspecto relacionado con el consumo, el cual se reduce hasta diez veces en relación con la iluminación tradicional.

“Por ejemplo, donde se consumían cincuenta wats a través de una lámpara halógena, con lámparas led implica entre seis y siete wats, aunque todo depende de qué artefactos se comparen. Por ejemplo, si se relacionan con fluorescentes, la reducción en el consumo se limita hasta en un 40%”, explicó Maestre.

Entre otras ventajas que caracterizan a los led, surge la alta durabilidad o vida útil, la cual se extiende desde cincuenta mil a cien mil horas en función de la calidad del producto.
Por esta y otras razones, en la mayor parte de los casos, las lámparas halógenas están migrando a led.

“A todo el mundo le resulta beneficioso no tener que reemplazar lámparas, tema que no todos tienen en cuenta al momento de desarrollar un diseño de iluminación”, remarcó Maestre, en tanto que agregó que es necesario definir un plazo de amortización de la inversión para arribar a una decisión correcta.

“En Córdoba por ejemplo, la inversión en lámparas led se amortiza muy rápido debido al valor diferencial del consumo energético: a la fecha la población cordobesa está desembolsando, en promedio, noventa centavos el kilowat. Si bien el costo energético está subvencionado no se aleja demasiado de los niveles internacionales. No así sucede en Buenos Aires, donde se paga apenas quince centavos el kilowat”, explicó Maestre.

En la ciudad, una vivienda de country puede llegar a desembolsar hasta $4.000 mensuales en luz, un mercado altamente conveniente para la utilización de la tecnología de led.

Por su parte, no sólo es importante el ahorro en energía sino también hay que tener en cuenta hasta cuánto cuesta el empleado que se necesita para reponer una lámpara.

Para tener una idea concreta respecto a durabilidad, entre las mejores lámparas halógenas se registra una duración de hasta cuatro mil horas, mientras las led pueden llegar a alcanzar unas cincuenta mil horas.

En este rumbo, el led desplazó rápidamente a la lámpara halógena, y poco a poco se sobrepone al mercure halogenado y sodio (muy utilizado en la vía pública) y el fluorescente, entre otras propuestas.

En las viviendas particulares se utilizan mayormente los led en formatos denominados luminarias integrales; entre ellas se destacan adaptaciones como la dicroica de led y la R111, que son las de mayor colocación en el mercado y reemplazan directamente a las lámparas tradicionales.

Todos estos productos son importados, mientras que los de mayor calidad provienen de Alemania, Estados Unidos e Italia, aunque también existen buenas adaptaciones fabricadas en China, país considerado uno de los mayores productores a nivel mundial de led.

En conclusión, para quienes están en plena construcción de su vivienda, si el objetivo es optimizar la iluminación, es esencial contar con un proyecto integrado antes de avanzar con la obra a los fines de lograr la mejor ecuación entre diseño, confort, calidad y ahorro energético.

 

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