lunes 23, diciembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Producción asociativa, salida contra el hambre y la pobreza

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La Alianza Cooperativa Internacional difundió una declaración y aprobó un plan de acciones que buscan promover la salida cooperativa a un flagelo global cada vez más vigente.

Por Javier De Pascuale

La Alianza Cooperativa Internacional (ACI) estableció como eje central de su acción a lo largo de 2014 la promoción de la agricultura familiar asociativa, como contribución especial para paliar el hambre en el mundo y asegurar la soberanía alimentaria de los pueblos.
En el marco de éste, el Año Internacional de la Agricultura Familiar, declarado por las

Naciones Unidas, la ACI acordó un enérgico plan de acción que buscará potenciar el debate internacional por el desarrollo de organizaciones cooperativas agropecuarias integradas por pequeños productores, como un asunto estratégico para resolver una problemática que afecta a una de cada ocho personas en el mundo.

En las últimas dos celebraciones del Día Mundial de la Alimentación (el 16 de octubre), la Organización de las Naciones Unidas contra el Hambre y la Desnutrición (FAO) alertó sobre la hambruna global y advirtió precisamente de que las cooperativas de agricultores son gran parte de la solución al flagelo global.

El cambio climático y las malas cosechas han hecho bajar la producción de alimentos tan drásticamente que este año y el próximo el planeta puede empezar a sufrir una hambruna nunca antes vista, según lo alertó el economista jefe de la FAO, Abdolreza Abbassian. El consumo ha superado la producción durante seis de los últimos 11 años, mientras que las cosechas de 2012 han sido las más escasas de los últimos 40. Con lo cual los países tienen ahora reservas para menos de 74 días de consumo, en comparación con los 107, en promedio, que tenían hace 10 años. La solución, asegura la ONU, son las cooperativas agropecuarias.

Según el más reciente informe del Índice Global del Hambre (IGH), al menos en una veintena de países del mundo el hambre ha alcanzado niveles “alarmantes” y el empleo “insostenible” de las tierras, el agua y la energía están poniendo en peligro la seguridad alimentaria de los habitantes más pobres del planeta.

Cerca de 870 millones de personas, una octava parte de la población mundial, padecerían de subnutrición crónica según el nuevo informe de la ONU.
Durante una mesa redonda organizada en Ginebra con motivo del Día Mundial de la Alimentación 2012, representantes de varias organizaciones destacaron la importancia de acciones asociativas de productores, cuando cerca de mil millones de personas sufren malnutrición en el mundo.

La declaración de 2014 como Año Internacional de la Agricultura Familiar tiene como objetivo aumentar la visibilidad de la agricultura familiar y la agricultura a pequeña escala al centrar la atención mundial sobre su importante papel en la lucha por la erradicación del hambre y la pobreza, lograr la seguridad alimentaria y la nutrición para mejorar los medios de vida, la gestión de los recursos naturales, la protección del medio ambiente y el desarrollo sostenible, en particular en zonas rurales.

Por esta razón, el Consejo de Administración de la ACI decidió impulsar actividades de incidencia política que coloquen en un lugar central las políticas públicas a favor del desarrollo de la Agricultura Familiar mediante organizaciones cooperativas. Asimismo, hizo un llamamiento a las organizaciones cooperativas de las Américas a colaborar activamente con las cooperativas agropecuarias de la región, para el desarrollo de un plan de acción propio del Año Internacional de la Agricultura Familiar.

Un desafío regional
En una declaración firmada por su presidente, Ramón Imperial, y por su director Manuel Mariño, la ACI afirma que, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la pobreza en la región, si bien en los últimos años tendió a reducirse, aún persiste y la pobreza rural todavía se mantiene en alrededor de 50%, indicador que señala al subcontinente como la región más desigual del mundo.

De esta manera, el cooperativismo internacional impulsará durante todo el año el fortalecimiento de la red de organizaciones que trabajan en la producción social de la tierra, desde la inmensa masa de agricultores familiares que integran los cordones de aprovisionamiento de alimentos de las ciudades hasta las cooperativas de productores de alimentos y productos agropecuarios, que en Argentina suman más de 800, cuya envergadura es para nada desdeñable ya que producen 20 por ciento de los granos que se cosechan en el país, 50 por ciento de la leche y manejan otras grandes porciones de distintos mercados vinculados con la alimentación de la población.

Se calcula que en Argentina hay cerca de 250.000 productores cooperativos, gran parte de ellos agrupados en la Confederación Cooperativa Coninagro y en otras federaciones sectoriales y regionales. Mueven cuatro puntos del Producto Interno Bruto y en los últimos años realizaron inversiones por más de 5.000 millones de pesos por año para ampliar su producción.

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