El Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que nuclea a rectores de casas de altos estudios del país, se reunió en Córdoba en el marco de los festejos por el 90º aniversario de la Reforma. Durante el encuentro, su titular, Alberto Gegunde -rector de la Universidad de Lomas de Zamora- dialogó con Comercio y Justicia y sostuvo que algunos planteos de aquella gesta aún siguen pendientes, como la definición de un tipo de autonomía que no se transforme en autismo y la inclusión de otro de los pilares, la Extensión, en el presupuesto universitario, tal como figuran hoy las partidas para Ciencia y Técnica y para Educación Básica.
– Hoy se debate la actualización de los pilares reformistas, como la autonomía. ¿Cómo se encuentra este pilar en las universidades argentinas?
– El CIN está planteando la constancia de la autonomía universitaria, en ningún momento vamos a delegarla, hoy no corre peligro; pero sí hay un planteo que a algunos rectores nos parece importante que definamos porque la autonomía muchas veces se confunde con soberanía. Por eso, hablamos de autonomía responsable, con un compromiso para la sociedad que es la que nos sustenta, porque si no, corremos el riesgo de que la autonomía se transforme en autismo, donde la universidad va por un lado y el país va por otro.
– Actualmente faltan ingenieros y neonatólogos, entre otras profesiones. ¿Cómo hacer para que la universidad responda a estas necesidades de la sociedad?
– Eso está relacionado con que la autonomía no es autismo. No podemos negar de que hay un déficit profundo en lo que son las carreras formativas en ingeniería e ingeniería informática. Ahora tenemos un serio problema, lo digo como rector de una universidad: tengo una empresa como Firestone a diez cuadras de mi universidad, que se lleva a los chicos con sólo tres materias de ingeniería cursadas y les dan sueldos medianamente agradables, un celular, una notebook y ese chico no vuelve más; no es que se le alarga la carrera a diez años sino que no vuelve directamente.
– ¿Qué solución habría para este problema?
– Habría que conformar una mesa donde estén la universidad, el empresario y el Gobierno que tiene que atender esto. Por un lado, el Gobierno necesita profesionales como proyecto de país. Por otro, ahora con la demanda del mercado, también tiene que entender que si a esos profesionales en determinadas áreas no los financiamos con becas consistentes y no con becas simbólicas, va a ser muy difícil por parte de la universidad poder retenerlos. Especialmente a aquellos que surgen de hogares humildes, que ante un sueldo de 2.500 ó 3.000 pesos -que es lo que están pagando-, se encuentran totalmente subyugados.
Estamos hablando de chicos de 20 años, no de una persona que entiende cuál es la lógica de la vida, y que tal vez cuando quieren retomar sus estudios porque se dan cuenta en qué derivo todo lo suyo, ya tienen 28 ó 30, una familia y se les hace mucho más dificil volver, más aún a este tipo de carreras de las que estamos hablando.