lunes 25, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Impulsan norma para regular la seguridad de los muebles infantiles

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Los fabricantes de la región, representados por las cámaras de la Madera, Mueble y Equipamiento de Córdoba, San Francisco, Río Cuarto y Cañada de Gómez, se unieron a la iniciativa nacional impulsada en conjunto por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y la Sociedad Argentina de Pediatría para avanzar en la creación de una norma técnica que garantice la seguridad y calidad de cunas, moisés y sillas para comer, entre otros productos de uso para niños.

Los fabricantes de muebles infantiles de la región, representados por las cámaras de la Madera, Mueble y Equipamiento de Córdoba, San Francisco, Río Cuarto y Cañada de Gómez se unieron a la iniciativa nacional impulsada por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y la Sociedad Argentina de Pediatría para avanzar en la creación de una norma técnica que regule estos productos.
En este marco, los referentes de las tres entidades concretaron hace poco más de un mes la suscripción colectiva para la solicitud de una norma técnica para el mobiliario infantil, encuentro que se desarrolló en el ámbito de la Feria Internacional del Mueble Argentino 2017, llevada a cabo a fines de abril en el predio ferial Forja.
A partir de esta rúbrica, el suplemento El Inversor y la Construcción de Comercio y Justicia dialogó con los principales impulsores de la iniciativa.
En este aspecto, según explicó Diego Pablo Perelló, responsable de vinculación tecnológica del Centro INTI Madera y Muebles y promotor de este trabajo, “este acto fue un importante paso formal con vistas a la conformación de un comité técnico para la discusión de una norma nacional para mobiliario infantil, de la que se carece actualmente. Se trata de la suscripción del formulario que el Instituto Argentino de Normalización y Certificación (IRAM) solicita para poder poner en consideración la conformación de un comité que discuta pautas sobre la norma. Es el primer eslabón de una cadena que nos permitirá contar con un documento técnico para poder ensayar, evaluar y tener una idea del listado de situación del mobiliario infantil argentino”.

¿Qué motivó esta iniciativa de obtener una norma nacional?
Hay una doble razón; por un lado, la coyuntura que movilizó al empresariado a buscar la manera para que el mercado no se inunde de productos importados -lo que implica que hay una desprotección hacia el producto interno- y, por otro, porque no podemos asegurar la calidad de lo que puede consumir el mercado infantil argentino.
Por otra parte, la Sociedad Argentina de Pediatría se contactó con nosotros para ver qué antecedentes teníamos sobre ensayos y productos para niños a nivel general, no sólo de cunas y moisés sino también de sillas de comer, entre otros. A partir de allí empezamos a contrastar experiencias.

A partir de esta rúbrica ¿cuáles son los pasos a seguir?
Para poder conformar una norma nacional, nosotros debemos hacerlo por medio de un instituto como el IRAM. Se trata de un trámite concreto, en el que todos los actores firman un acta que va a consideración de la entidad para poder poner en discusión todo esto. En este sentido, planteamos que suscribamos todos los que tenemos relación directa como proveedores de cunas y moisés, gente que represente al usuario y científicos idóneos que puedan dar fe sobre cuáles serían esas pautas. Proponemos, además, que esto también sea el inicio de una relación más fluida con quienes representamos al sector.

¿Cuál es la situación actual de los muebles infantiles y qué aportaría esta norma?
Tenemos una situación que nos está preocupando y que tiene que ver con el ingreso de mobiliario importado de baja calidad y por debajo de la que debería tener la industria del mobiliario infantil argentino. Lo que deberíamos hacer es comenzar a charlar sobre las pautas técnicas para poder conformar una norma que hable sobre nuestros problemas, nuestra accidentología y establecer parámetros y varas que podrían ser cumplibles por el empresariado argentino. Si logramos esto, podemos llegar a obtener un sello de calidad avalado por la Sociedad de Pediatría y el INTI, que sirva no sólo como herramienta de certificación y normalización sino también a los empresarios como herramienta comercial. Sabemos que nuestros muebles infantiles, con la incorporación de más tecnología, pueden llegar a cumplir este tipo de pautas.

¿Qué antecedentes tiene esta iniciativa?
El acuerdo con la Sociedad Argentina de Pediatría se firmó en septiembre de 2014. Se trata de un convenio de intención y buenas prácticas ya que lo único que menciona son los aportes que va a tener cada una de las partes y que en principio implica la sensibilización sobre los consumidores a cargo de la sociedad y la concientización para los empresarios de contar con un buen producto por parte del INTI, además de lo bueno que sería este aspecto desde el punto de vista comercial ya que certificaría la calidad de los productos.

¿Qué se logra por medio de esta norma?
Sería como un efecto contagio; si uno logra un sello de calidad en un mueble argentino y el consumidor empieza a tomar conciencia sobre la necesidad de comprar productos ensayados o certificados que hayan tenido cierto procedimiento de buenas prácticas, la gente va a comprar ese tipo de productos y el empresariado va a fabricarlos.

¿Cuáles son las expectativas y el plazo para la puesta en funcionamiento de esta normativa?
El IRAM nos ha prometido celeridad y entendemos que este comité debería estar conformado en el transcurso del año. Más allá de eso, nosotros seguimos teniendo reuniones para avanzar sobre las pautas técnicas por afuera de los ámbitos formales.

¿Cómo ese encuentra Argentina en relación con otros países en cuanto a normas de protección sobre la industria de los muebles para niños?
En el marco de la industria del mueble en general, en Sudamérica la mayoría se rige por normas brasileñas, pero éstas tienen muchas pautas muy locales que para nosotros no sería el objetivo usarlas. Sí creo que para poder elaborar nuestras normas deberíamos estudiar qué hacen otros mercados.
En cuanto a los muebles infantiles, en el ámbito nacional, la norma hoy está desactualizada y es anacrónica. Hoy los ensayos se hacen con base en normas europeas, por lo que una norma propia permitiría considerar la biometría latinoamericana -diferente de la que se aplica en el Viejo Continente- y también ayudaría a evitar que el mercado se invada de productos de mala calidad. Nuestra calidad no llega a ser la europea pero tampoco se reduce a lo que puede venir de China. Nos falta una vara en el medio que nos permita filtrar productos que estén por debajo de la calidad argentina, aunque sea para bajar la estadística de los accidentes.

Muebles peligrosos
Para comprender la importancia de obtener esta norma vale destacar la opinión de la Sociedad Argentina de Pediatría, que hace más de cuatro años viene trabajando en las estadísticas de accidentología referidas al uso de este mobiliario y se ha comprometido a sensibilizar a los usuarios, junto con el trabajo del INTI.
En este marco, el Dr. Rubén Zabala, del Comité de Prevención de Lesiones de la Sociedad Argentina de Pediatría, advirtió: “No hay legislación argentina que imponga una norma a los vendedores de muebles”.

¿Tienen estadísticas en cuanto a accidentes y lesiones vinculados con muebles infantiles?
En Argentina no tenemos nada sobre regulación de muebles infantiles, todo está librado al azar. A raíz de ello, las estadísticas nacionales del lesionado y mortalidad son difíciles de obtener. De todos modos, nosotros realizamos unas pruebas piloto y descubrimos que los muebles que se ofrecen a la venta en Argentina son terriblemente peligrosos. Hicimos un trabajo en un par de sitios de Internet y más de 80% era muebles inseguros. Estamos hablando de cunas, cochecitos para bebés, andadores y sillas para comer. Por eso nos contactamos con el INTI para que evalúen un mueble, pero antes debemos tener nuestra propia norma. Tres o cuatro reglas serían suficientes para mejorar la seguridad de un mueble.

¿Cuáles son las lesiones más comunes que se producen por culpa de la mala adaptación de un mueble?
Si hablamos de cunas, los más graves son los que provocan estrangulamiento cuando el niño quiere pasar la cabeza a través de los barrotes. Esto se soluciona simplemente con implementar y regular una distancia correcta entre ellos y que no debe superar a la de una lata de cerveza. Otra causa muy común está relacionada con la muerte súbita que está vinculada con los colchones -que a veces son demasiado blandos- y los espacios libres entre el colchón y la baranda. Luego están las lesiones causadas por caídas desde las cunas y por bordes peligrosos o lugares de atrapamiento de los dedos de los bebés.
En el caso de las sillas de comer, los errores más comunes están relacionados con la falta de cinturones de sujeción y las bases débiles que no sustentan bien al niño y no resisten su movimiento.
En el caso de los andadores, son frecuentes las caídas por escalera o desniveles.
Cada mueble tiene un porcentaje de incidencias ya descriptas y que es muy similar a lo que sucede en todas partes del mundo. En Estados Unidos, por ejemplo, prohibieron la venta de andadores y tienen fuertes multas quienes los comercializan.

“Tenemos una situación que nos está preocupando y que tiene que ver con el ingreso de mobiliario importado de baja calidad y por debajo de la que debería tener la industria del
mobiliario infantil argentino”

“Nosotros realizamos unas pruebas piloto y descubrimos que los muebles que se ofrecen a la venta en Argentina son terriblemente peligrosos. Hicimos un trabajo en un par de sitios de Internet y más de 80% era muebles inseguros”

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